Argentina propone sufragar parte de su deuda con el suminstro de gas a Estados Unidos
Los casi 300 bancos estadounidenses que tienen comprometidos créditos con Argentina, con Citibank a la cabeza, participarán en un gran proyecto con el Gobierno de Alfonsín por el que, a través del suministro de gas argentino a EE UU durante los próximos 20 años, se pretende buscar una alternativa para recuperar una parte importante de los préstamos concedidos a la nación suramericana. Estos se elevan a unos 9.000 millones de dólares (1,2 billones de pesetas) (su endeudamiento externo total es de 49.000 millones de dólares)
El presidente Raúl Alfonsín viajará esta semana a Washington a entrevistarse con Ronald Reagan, y es previsible que de ahí pueda salir el visto bueno definitivo al proyecto.La operación, con una inversión que oscilará entre los 2.700 y los 3.000 millones de dólares, contempla la construcción de un gasoducto que unirá los yacimientos gasísticos de Loma de Late, en el centro de Argentina, hasta Puerto Mandarín, donde podrá embarcarse ese gas con destino a los Estados Unidos. Todo el coste de la operación correrá a cargo de los bancos acreedores, que han llegado al convencimiento de que utilizar una nueva fórmula para ayudar a países endeudados que cuenten con recursos naturales es mucho más interesante que seguir concediendo nuevos créditos de dificil recuperación.
Un aspecto de suma importancia en el buen fin de este proyecto es el visto bueno que ha dado el Gobierno norteamericano para la concesión de una licencia de importación de gas procedente de Argentina, evaluado, según las previsiones iniciales, en 200.000 millones de metros cúbicos en un período de 20 años. Los ingresos que se deriven de la explotación de ese gasoducto y de las ventas del gas a EE UU (unos 50.000 millones de dólares en ese período, como mínimo) pasarán directamente a ser administrados por el consorcio que constituirán los bancos y el propio Gobierno argentino, y a partir de ahí se fijarán los parámetros para el pago de la deuda.
La fórmula supone una auténtica revolución en las relaciones entre acreedores privados y los países deudores, y en este caso concreto no va a suponer ningún desembolso por parte de Argentina, según suspromotores. El pasado viernes 31 de octubre, el ministro de Economía, Juan Soureville, daba en Buenos Aire la luz verde definitiva a nivel técnico por parte de su Gobierno -a falta exclusivamente del anuncio oficial por el presidente Alfonsín- para que el proyecto pase a convertirse en realidad.
Una salida
Los padres de esta idea, que puede suponer, si tiene éxito, una salida incruenta para un buen número de países abrumados por el peso de su deuda externa, han sido los miembros de una sociedad consultora internacional, denominada Sea Oil Corporation, con sede en Zúrich y oficinas en París, Buenos Aires, Irán y Taiwan, y cuyo presidente es un español, Pedro Juan Blach-Servera.Sea Oil Corporation ha actuado como empresa consultora del Instituto Nacional de Industria para algunas operaciones que ha realizado su filial Imexport, en Oriente Próximo e Irán, tiene en marcha proyectos con el holding estatal en Turquía y también ha realizado operaciones de barter (inter cambio) con Dragados en la na ción Iraní, donde la empresa constructora tiene congelada una importante deuda.
"La idea de montar un proyecto ambicioso como éste", comenta Pedro Blach-Servera, "surge, como buenos conocedores de Argentina, al darnos cuenta de que eran inviables los sistemas existentes hasta ese momento para pagar la deuda. Era imposible e inviable seguir manteniendo la fórmula imperante hasta ahora de seguir concediendo préstamos para intentar recuperarlos algún día. En Argentina el gas se ventea, se tira, y en Estados Unidos hay unas necesidades de importación de gas para los próximos años". En aquel momento, James Baker, el actual secretario del Tesoro estadounidense, era todavía el jefe del gabinete de Ronald Reagan, y es a él a quien dan a conocer el proyecto, que ya había sido presenta do a los responsables de Citibank, como cabeza de las entidades acredoras de Argentina.
"Curiosamente", comenta e presidente de Sea Oil Corporation, "la entrevista inicial que nos concedieron en Citibank en Nueva York tenía una duración prevista de 15 minutos, y al conocer el proyecto nos quedamos cuatro horas y media".
Los hombres de Sea Oil ha contado con los buenos oficios de Richard V. Allen Company la empresa del ex jefe de los asesores en materias de seguridad de Ronald Reagan y jefe de su campaña electoral; que ha actuado como representante d la firma de Pedro Blach en todos los asuntos relacionados con la Administración de Estados Unidos.
Según refleja el memorándum del proyecto, Foster Wheeler es la compañía de ingeniería encargada de todos los aspecto técnicos derivados de la construcción del gasoducto y de todo el proceso de operación durante los 20 años a lo largo de los que se desarrollará el acuerdo. La filial en Madrid de esa firma, Foster Wheeler Trading Corporation, ha sido la encargada de desarrollar técnicamente el proyecto.
Las compras del gas que realizará EE UU se llevarán a cabo a través de Southerri Energy Company, filial del mayor grupo energético norteamericano. Poten and Partners, de Nueva York, una de las grandes firmas navieras norteamericanas, es la firma que se encargará de suministrar los barcos para el transporte del gas.
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