Apoteósico estreno de la opera 'Goya' en Washington
La Reina, acompañada por George Shultz, presidió la primera función de la obra de Menotti
ENVIADO ESPECIAL, La apoteosis coronó el sábado por la noche, en Washington, el estreno mundial de la ópera Goya, presidido por la reina Sofía, a la que acompañaban el secretario de Estado norteamericano, George Shultz, y el secretario de Estado español para la Cooperación Internacional, Luis Yáñez. Apoteosis artística y social con las 5.000 personas que abarrotaron el Kennedy Center y que integraban un conjunto de la elite cultural, política y económica de Washington y Nueva York. Dinero y poder eran los dos perfumes más penetrantes que traspasaban los imponentes espacios del Kennedy Center en un clima de gran lujo.
Plácido Domingo, en el papel de Goya, arrebató al público y Gian Carlo Menotti, autor del texto y la música, fue largamente ovacionado cuando el español Rafael Frühbeck de Burgos, que dirigió la orquesta, le obligó a salir repetidas veces al escenario al concluir la función.La concentración del sábado ha sido calificada como excepcional y cobra todo su relieve para nuestro país porque se produce en torno a la significación de un español universal, Goya, y al poder de convocatoria de dos compatriotas, la reina Sofía y el tenor Plácido Domingo.
El ambiente en los pasillos de la ópera giró en torno a la Reina, antes de levantarse el telón y durante los entreactos, con desplazamientos constantes del público que subía hasta el primer piso de palcos para poder contemplarla de cerca. La llegada de la Reina al palco fue acogida con expectación y aplausos. Hubo un pequeño problema de protocolo porque doña Sofía, Shultz y sus acompañantes permanecieron de pie bastantes segundos. Más tarde subio al podio Frühbeck de Burgos y la orquesta atacó los himnos nacionales de España y Estados Unidos. A partir de entonces, Plácido Domingo fue acaparando ovaciones y bravos.
Retazo de España
La ópera es un auténtico retazo de España, escasamente fiel al rigor histórico -sin duda, por exigencias del guión-, en el que las figuras de Carlos IV y la reina María Luisa quedan abiertámente malparadas. Doña Sofía conocía este extremo y se sabe que ha comentado en días pasados que lo esperaba y que no le concedía mayor importancia.Gian Carlo Menotti ha renunciado a evocar en escena el cuadro de La maja desnuda, pese a su popularidad mundial. Recientemente, declaró: "No creo realmente que la duquesa de Alba posara desnuda; pero, además, la desnudez en la ópera es muy peligrosa porque he visto a algunas cantantes sin ropas y no lucían muy bien que digamos". Con toda probabilidad, no será el caso de la chilena Victoria Vergara, una mezzosoprano de belleza más que notable, que encarna a Cayetana de Alba.
Tras la representación, la Reina acudió al escenario para saludar y felicitar a los intérpretes Doña Sofía presidió luego una cena en el propio Kennedy Center, a la que asistieron 1.500 personas. Se prolongó hasta después de la una y media de la madrugada, hora insólita en este país para un acontecimiento de este tipo.
Hasta hoy no se conocerá la opinión de la crítica sobre el valor auténtico de la ópera, aunque se sabe que las opiniones están de antemano encontradas.
Yuxi Dubinin, ex embajador de la Unión Soviéticá en Madrid y actual representante de su país ante la ONU, declaraba muy optimista antes de comenzar la representación que, cualquiera quefuera el contenido de la crítica, "con Plácido Domingo el éxito está asegurado".
Doña Sofia presidía ayer a las siete de la tarde (una de la madrugada, hora peninsular española) una recepción en la embajada de nuestro país con motivo de su estancia-y de la semana cultural en torno a Goya.
Con el encuentro que mantendrá esta mañana con Nancy Reagan en la Casa Blanca, la Reina concluirá su estancia en Washington para trasladarse por la tarde a Nueva York.
Babelia
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