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NEGOCIACIÓN Y TERRORISMO

Un empresario iraní residente en Europa inició los contactos

Los contactos secretos entre Irán y Estados Unidos comenzaron hace más de un año, cuando un asesor del Consejo de Seguridad Nacional se reunió con un empresario iraní residente en Europa, según fuentes oficiales de la Administración de Ronald Reagan.El asesor, Michael Ledeen, fue a la reunión enviado por Robert McFarlane, ex consejero de Seguridad Nacional, quien creía posible explorar las posibilidades de entablar una mejor relación con Irán. Las negociaciones se centraron en el problema de los rehenes norteamericanos, un tema de tal importancia para Reagan que un ex miembro de la Administración recordó que el presidente siempre lo tocaba en sus reuniones matutinas.

El intermediario iraní, Manucher Ghorbanifar, fue sugerido a Estados Unidos por Israel, que ha mantenido contactos secretos con Irán durante años. Ghorbanifar propuso que las conversaciones prosiguieran a más alto nivel en Teherán.

En el inicio de las conversaciones, según estas fuentes, ambas partes manifestaron su mutua desconfianza. Los representantes de Estados Unidos comenzaron diciendo que no creían posible ningún trato con un Gobierno que apoya al terrorismo, mientras Ghorbanifar respondió que las acciones antinorteamericanas por parte de los grupos apoyados por Irán podrían terminar, lo que ocurrió efectivamente al año siguiente.

Las fuentes oficiales norteamericanas recuerdan que fue el propio Ghorbanifar, en alguna de las reuniones que sostuvo con Ledeen y con funcionarios israelíes, el que sacó el tema de los seis norteamericanos secuestrados en Líbano por los militantes shiíes relacionados con Irán, y también habló de los repuestos para barcos iraníes afectados por el embargo estadounidense.

"La discusión derivó hacia las relaciones bilaterales", recordó uno de los participantes en las reuniones. "Les dijimos que no podíamos mejorar nuestras relaciones con Irán mientras el terrorismo continuara, y ellos contestaron que estaban de acuerdo en detener el terrorismo".

Pruebas de buena voluntad

El informante continuó: "Nosotros dijimos que debían darnos alguna prueba de buena voluntad y mencionamos el tema de los rehenes. Ellos respondieron que necesitaban algunas cosas [repuestos y armas] que nosotros les negábamos. Entonces les aseguramos que podríamos permitir algunos envíos de armas como muestra de buena voluntad".

En septiembre de 1985 los contactos con Ghorbanifar comenzaron a dar resultados concretos, según los funcionarios. El iraní sugirió que su país podría intervenir ante los grupos extremistas proiraníes y facilitar la liberación de los rehenes norteamericanos, a cambio de que EE UU enviara a Irán las armas y repuestos necesarios y que sus funcionarios tomaran contacto en Teherán con los sectores más moderados del Gobierno.

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