El Gobierno empieza a investigar
La postura oficial del Gobierno español es la de no autorizar la venta de armas a países en guerra ni permitir que se utilice nuestro territorio para ese tipo de tráfico, aunque fuentes de la Administración admiten que no existen mecanismos suficientes para garantizar que esa decisión política se respete. Normalmente, los controles se realizan cuando ya ha estallado un escándalo o hay una denuncia concreta.En el caso de la venta de armas norteamericanas a Irán ha habido que esperar a que la Asociación de Marinos de Dinamarca denunciara la posible utilización de puertos españoles para que se decidiera revisar la documentación de la naviera danesa Maersk Line, que une puertos estadounidenses e iraníes con escala en Algeciras, donde deposita habitualmente contenedores.
Medios navieros consultados por Efe señalaron que una sociedad que pretendiera transportar armas desde Norteamérica a Irán debería evitar los estrechos controles egipcios en el Canal de Suez y seguir la ruta más larga a través del Cabo de Buena Esperanza, en Suráfrica. Ello explicaría la necesidad de mantener una base intermedia en las costas españolas. Según las autoridades portuarias de Algeciras, la Maersk Line tiene anunciada precisamente la llegada de uno de sus portacontenedores, con destino a Suráfrica, para el próximo día 21.
En cuanto al control de fletes aéreos, la Oficina del Portavoz del Gobierno aseguró ayer que la compañía International Air Tours of Nigeria, supuestamente implicada en el comercio de armas con Irán, no ha aterrizado en aeropuertos españoles en 1986.
Fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores afirmaron también que no se ha concedido nunca autorización para el tránsito de armas con destino a ese país, por lo que, caso de haberse producido, se habría tratado de una falsificación del "manifiesto de carga", que está obligado a entregar todo avión que toma tierra en territorio español.
Funcionarios encargados del control del espacio aéreo nacional explicaron asimismo que cuando detectan algún avión que les resulta extraño, aunque se identifique correctamente, solicitan instrucciones al Mando Aéreo de la zona, antes de dar el visto bueno.
Así ocurrió, por ejemplo, en el pasado mes de mayo con dos aviones, precisamente nigerianos, que sobrevolaron el espacio aéreo de Sevilla y que finalmente fueron autorizados a seguir su ruta.
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