Tres generaciones de entusiastas

Si fue el entusiasmo de Marguerite y Aimé Maeglit el que transformó una imprenta litográfica de Cannes en un imperio galerístico internacional, y si la dedicación de Adrien Maeght a su galería y editorial de obra gráfica le convirtió -pese a los recelos de su padre y a los desacuerdos con los colaboradores de éste- en sucesor de la tradición familiar, la tercera generación de los Maeght, encarnada por Françoise, hija de Adrien, se dispone a entrar en el mundo del arte.El vehículo para ello es una inmensa sala de exposiciones ubicada en el suburbio parisino de Montrouge. "Se trata de un local concebido para acoger obras de gran formato, montajes escultóricos, acciones y performances en vídeo u otros medios", explica Françoise Maeght, una mujer de 28 años a la que se conoce como 'Yoyo'.

"Creo que se trata de un desafio al que debemos responder, el desafio de los tiempos y de las nuevas corrientes artísticas. De la misma manera que mi abuelo ganó la confianza de una serie de artistas -Braque, Miró, Matisse- y mi padre hizo lo mismo con sus contemporáneos, mi objetivo es buscar nuevos nombres y promoverlos con las posibilidades del equipo Maeght", explica Françoise.

Nuevos artistas

En cualquier caso, tanto Françoise Maeght como su padre Adrien han comprendido que lo que se conoce mundialmente como estilo Maeght impone una ampliación de su plantel.

Al mismo tiempo que las galerías Maeght se abren a la busca de nuevos talentos, entre los artistas ha habido cierta división de opiniones tras la separación Maeght-Lelong.

Algunos de los artistas han decidido continuar representados por Lelong (tal vez el ejemplo más ilustre es el pintor catalán Antoni Tàpies, que ha mantenido desde siempre una relación profesional y personal con Jacques Dupin y Daniel Lelong y que inaugura mañana, jueves, una exposición de obra reciente en la galería de la Rue de Téhéran) y otros (Palazuelo, por ejemplo) siguen con Maeght.