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Los dirigentes de Mozambique recuerdan en el funeral de Machel su "odio visceral" al 'apartheid'

Decenas de miles de mozambiqueños aguantaron horas de frío y lluvia para dar el último adiós a su papá Samora. Después del calor de los últimos días, el centenar de delegaciones oficiales del mundo entero asistentes al acto se encontró con un inesperado invierno al rendir honores de héroe al fundador de la República Popular de Mozambique, Samora Machel, fallecido el 19 de octubre al estrellarse su avión en Suráfrica. El momento más significativo lo protagonizó Marcelino dos Santos, uno de los candidatos a sucesor, cuando invocó, citando a Machel, su "odio visceral al régimen segregacionista del apartheid", su lucha por la "liberación del pueblo surafricano, negros y blancos, para que un día todos puedan contemplar juntos las bellezas de esta tierra".

Las ceremonias fúnebres, iniciadas a las nueve de la mañana en el Comité, Ejecutivo (ayuntamiento) de la capital, y concluidas cuatro horas más tarde en el Mausoleo de los Héroes de la Patria, fueron presididas por la tristeza y el recogimiento. Asistieron una veintena de jefes de Estado y de Gobierno extranjeros y representantes oficiales de 70 países. España estuvo representada por Luis Yáñez, secretario de Estado de Cooperación Internacional.El desfile de tropas tuvo el sentido, de un último homenaje del Ejército al hombre que fue su jefe supremo desde los tiempos de la lucha guerrillera contra el Ejército portugués: armas bajas, banderas recogidas y un extraño paso de parada que daba al cortejo un inconfundible aspecto de marcha fúnebre.

Algunas de las banderolas enarboladas por grupos de trabajadores y organizaciones de base del partido único en el poder, el Frente de Liberación de Mozambique (Frelimo), arremetían contra Suráfrica: "Los boers mataron a nuestro jefe"; "El apartheid es el culpable de la muerte de nuestro presidente Machel"; "Nosotros, soldados, vengaremos la sangre vertida de nuestro jefe".

Antes de la salida del cortejo de la plaza de la Independencia tomaron la palabra un representante de la juventud, el ministro de la Defensa, Alberto Chipenda, y, en nombre del buró político, Marcelino dos Santos, número dos del partido y, como tal presidente interino.

El elogio fúnebre a Samora Machel, pronunciado por uno de sus más antiguos compañeros, fue al mismo tiempo un manifiesto de las intenciones de los que tienen ahora la responsabilidad de continuar la obra del fundador de la nación, en medio de las mayores dificultades militares, sociales y económicas, que Dos Santos no trató de esconder.

A través de la vida y acción política del presidente fallecido, los dirigentes mozambiqueños han procurado hacer vibrar la fibra nacionalista de un pueblo en busca de conciencia e identidad. Y tal vez porque las referencias a la construcción de la "nación socialista, progresista y feliz" en el momento dramático que vive Mozambique parece puro artificio de retórica, Marcelino dos Santos exaltó sobre todo la unidad del pueblo mozambiqueño. El presidente provisional recordó que el Estado multirracial., la construcción en África de una nación "sin razas, tribus o confesiones" era, según Machel, la mejor arma de su régimen.

[Por su parte, el movimiento derechista rebelde Resistericia Nacional Mozambiqueña (Renumo) declaró ayer la guerra a Zimbabue, y anunció que llevará sus acciones militares al interior de ese país, en respuesta al primer ministro zimbabuo, Robert Mugabe, quien ha declarado que en su país lucharía hasta el áltimo hombre para evitar que el Renamo se haga con el poder en Maputo, informa Efe].

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