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Restos cerámicos romanos, rescatados de las aguas en San Vicente de la Barquera

Un equipo de 25 arqueólogos y submarinistas han recuperado antiguas piezas cerámicas en aguas del Cantábrico, en una operación que por su envergadura nunca se había llevado a cabo hasta ahora en el Cantábrico. Los miembros del equipo de investigadores participaron durante el mes de agosto último, según se ha revelado ahora, en una intensa prospección realizada bajo el agua alrededor del castillo de San Vicente de la Barquera (55 kilómetros al oeste de la capital), a la busca de restos de cerámica pertenecientes a una dilatada fase de la historia de España que se extiende desde la época romana hasta nuestros días.La campaña fue llevada a cabo por el laboratorio para investigaciories arqueológicas subacuáticas del Museo Marítimo de Santander y del Instituto de Investigaciones Prehistóricas y el departamento de Prehistoria y Arqueología de Zaragoza, bajo el patrocinio económico del comité conjunto hispano-norteamericano. Veinte mil metros cuadrados del fondo de la ría, a 6 y 12 metros bajo el agua, según las marcas, fueron rastreados por 25 arqueólogos, que hicieron en conjunto un promedio diario de 20 a 25 horas de inmersión.

El resultado de la prospección se guarda ahora en 40 cajas que contienen trozos de cerámica, ahora depositadas en el Museo Marítimo. Los vestigios se encuentran sometidos a un período de desalinización previo a la realización del inventario y la restauración.

El director, José Luis Casado Soto, que con el catedrático de la universidad aragonesa, Manuel Martín Bueno tuvo a su cargo la dirección de las tareas subacuáticas, reveló ayer la importancia excepcional de los abundantísimos restos.

Resultados trascendentes

"Los resultados pueden ser trascendentes, aunque su conocimiento tardará en concretarse. La importancia del yacimiento radica especialmente en la abundancia de material encontrado, que abarca un período tan extenso de nuestra historia, lo que permitirá establecer preciosas secuencias sobre la evollución de las formas cerámicas en épocas bajomedievales y moderna. Sobre esta cuestión hay una enorme carencia de estudios y precisiones". El campo de trabajo no fue elegido de forma fortuita, sino teniendo en cuenta con los estudiosos que bajo el castillo de San Vicente de la Barquera (Cantabria) estuvo situado desde el medievo un fondeadero de buques.

Los abundantísimos restos de cerámica reunidos este verano corresponden a ajuares de barcos y no a restos de la propia villa. El fondo marino ha permitido su espléndida conservación, muy superior a si hubieran permanecido durante estos siglos al aire libre.

Los expertos del Museo Marítimo de Santander confían en poder reconstruir perfectamente las formas de los múltiples vestigios. Durante los siglos XV y XVIII, a cuyas épocas pertenecen muchos de aquéllos, puestos ahora a desalinizar, la flota de San Vicente tuvo un auge singular.

El rendimiento de la campaña se ha visto favorecido, según los profesionales que han intervenido, por un cambio de las corrientes acuáticas originado por los trabajos actualmente en curso para consolidar el puente de la carretera Santander-Oviedo, en cuyas proximidades tuvo su sentamiento el viejo fondeadero.

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