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Nicaragua trata de sentar a EE UU en el banquillo, junto al acusado Hasenfus

El Gobierno sandinista de Nicaragua trata de sentar simbólicamente a Estados Unidos en el banquillo con el acta de acusación contra el ciudadano norteamericano Eugene Hasenfus, de 45 años, único sobreviviente del avión derribado el pasado 5 de octubre, cuando se dirigía a abastecer militarmente a la guerrilla contra.

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El ministro de Justicia de Nicaragua, Rodrigo Reyes, presentó el lunes ante los Tribunales Populares Antisomocistas (TPA) el escrito de acusación contra Hasenfus, en el que se solicita la máxima pena, 30 años de cárcel, por delitos contra la seguridad pública, asociación para delinquir y terrorismo. La defensa de Hasenfus tiene 48 horas para responder a las acusaciones, tras lo cual comenzará un período de ocho días, prorrogables, para presentar pruebas. Los TPA, que tienen dos instancias, están formados por tres personas, de las cuales el presidente es abogado y los otros simples ciudadanos mayores de 21 años.La primera jornada del proceso contra Hasenfus transcurrió el lunes en Managua en medio del desorden y la confusión. Nadie había anunciado la hora de comienzo. Desde antes de las ocho, hora local (tres de la tarde, hora peninsular española), ya se habían congregado periodistas ante el recinto de los TPA. Por la mañana se anuncié que la apertura del proceso seria a las dos de la tarde, hora en que se presentó el acusador, el ministro de Justicia, Rodrigo Reyes.

El acusado llegó a las 17.20 tras varios intentos y pasadas de camionetas del Ministerio del Interior ante el edificio del tribunal que despertaban cada vez una falsa alarma entre periodistas y fotógrafos. Daba la impresión de que los encargados de la seguridad del preso temían algo ante el caos reinante en el recinto del tribunal y sus aledaños, donde no se había establecido ningún control de los presentes ni registro de sus pertenencias.

La maratoniana lectura del acta de acusación en español duró 80 minutos, y sólo 70 en inglés. En ocasiones, el presidente del tribunal amenazaba con desalojar la sala, mientras que camarógrafos, fotógrafos y periodistas permanecían subidos a las sillas, se organizaban tertulias y, avanzada la tarde, en gesto solidario, los trozos de carne, pasteles y gaseosas circulaban de mano en mano en un intento de mitigar el hambre de los que llevaban en aquella sala todo el día, sin poder salir.

De los 18 folios del, documento de acusación contra Hasenfus, 10 se refieren a los antecedentes históricos y el análisis político de la agresión de Estados Unidos contra Nicaragua. Se remonta el documento al "apotegma América, para los americanos de la doctrina Monroe de 1813, convertido por Estados Unideis en la justificación doctrinario-jurídica para el desembarco de los marines" en las costas del país.

El escrito resume los argumentos de Nicaragua contra Estados Unidos, con especial énfasis en la resolución del Tribunal Internacional de La Haya del pasado 27 de junio, que condenó la intervención estadounidense. Se trata de un análisis serio y bien elaborado de los argimentos de Nicaragua en defensa del derecho a la autodeterminación.

Después sigue la exposición de los hechos. Salvo una referencia inicial, en la página 10 del escrito se hacía mención por primera vez del nombre del acusado, cuando ya iban 50 núntitos de lectura.

El documento no menciona las palabras que pronunció un joven soldado sandinista al detener a Hasenfus. Según la Prensa nicaragüense, el joven le gritó: "Réndite, gringo, o te volamos verga". Los soldados que derribaron el avión de Hasenfus pertenecían al batallón Gaspar García Laviana, en recuerdo del cura asturiano que murió en la lucha de la guerrilla sandinista contra Somoza. En cambio, el escrito de acusación contiene ireferencias tan curiosas como que "Max Gómez era el jefe cubano coordinador de la compañía, trabaja para la CIA y es además muy amigo del vicepresidente dle EE UU, George Bush".

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