La última mujer del pintor será enterrada hoy en una ceremonia íntima
Jacqueline Roque, la última esposa del pintor, será enterrada hoy, al lado de Pablo Picasso, en el castillo de Vauvenargues, no lejos de Aix-en-Provence. La ceremonia será íntima, como ya lo fue la de su esposo, sin periodistas ni fotógrafos. Así lo ha dispuesto Catherine Hutin, la hija habida con Jacqueline de un primer matrimonio.Jacqueline reposa desde ayer en un ataúd ubicado en el vestíbulo de la planta baja de la mansión campestre en la que vivió con Picasso hasta abril de 1973, cuando éste falleció. Jacqueline muerta parece más bella. No está pálida, sino levemente sonrosada. Envuelta en una capa española negra, sólo se ve su cabeza, que se diría va a moverse para decir algo. Sus manos, bellísimas, cuidadosamente maquilladas, están cruzadas con un cierto descuido intencionado. El autor del Guernica también fue enterrado con una capa española.
Anoche sólo algunos íntimos velaron el cadáver. Catherine sólo quiere intimidad para su madre. Nadie atraviesa la verja de Notre Dame de Vie con facilidad. Con Catherine se encuentra el que fuera asesor económico de Jacqueline, Jean Pierre Mathorel, director de banca en Niza, y las tres personas que servían a su madre. De Buitrago llegó ayer Eugenio Arias, el que durante 26 años ejerciera de barbero y amigo de Picasso: "Yo aquí estoy en mi casa y velaré a Jacqueline toda la noche; hace 13 años que perdí un padre, Picasso, y ahora he perdido una hermana".
A última hora se personó en Notre Dame de Vie Gustavo Gili, el editor catalán amigo de los Picasso. El fotógrafo del pintor de Málaga, Roberto Otero, hizo el viaje desde Barcelona en coche.
Catherine, o Katy, como la nombran sus amigos, sólo pudo llorar profundamente cuando anteayer llegó en avión de París y se postró ante el cadáver de su madre. Estaba nerviosa: el peso económico-artístico que se le ha venido encima no es calculable. Obstinada, quiere que el último viaje de su madre a Vauvenargues para volver a vivir al lado de Picasso sólo lo presencien algunas personas íntimas o escogidas. Asistirán contadas autoridades de la región y, en todo caso, estará presente Michel Guy, ex ministro de la Cultura en la época giscardiana, cuando tuvo lugar la guerra de la sucesión de la herencia de Picasso. No se ha confirmado la asistencia de autoridades de Madrid.
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