Los nuevos gestores de la política ambiental rechazan las críticas de los grupos ecologistas

Los nuevos directores de los principales organismos dedicados a gestionar la política ambiental -la Dirección General de Medio Ambiente (DGMA) y el Instituto Nacional para la Conservación de la Naturaleza (Icona)- consideran que las críticas de los grupos ecologistas a estos organismos son exageradas y parciales. En su opinión, los cambios se deben al inicio de una nueva etapa, motivada tanto por la entrada de España en la Comunidad Europea (CE), que obliga a acogerse a las directivas dictadas por la Comunidad en materia de medio ambiente, como por la transferencia de competencias a las distintas comunidades autónomas.

El anterior director del Icona, Ángel Barbero, asegura que las razones de su cese no han sido muy concretas, aunque reconoce que las constantes críticas de los medios de comunicación y de los grupos ecologistas hacia el instituto han pesado en su marcha del cargo.Barbero considera que las críticas "han sido muy desenfocadas y parciales, porque se han centrado en la cuestión de las repoblaciones y los incendios forestales. El tratamiento exacerbado de estos asuntos por grupos ecologistas, diciendo verdades a medias, no sólo no ha ayudado a resolver los problemas, sino que ha podido atraer a pírómanos potenciales, y esto me preocupa realmente".

Normativa suficiente

El nuevo titular de la Dirección General de Medio Ambiente (DGMA), Fernando Martínez Salcedo, considera que una de las peticiones en que más insisten los ecologistas, como es la promulgación de una ley general de Medio Ambiente, no tiene justificación en estos momentos. "La normativa comunitaria que tenemos que aplicar en España plantea un mayor nivel de exigencia que cualquier ley que hubiésemos podido hacer ahora. Contamos en estos momentos con la ley de Gestión de Resíduos Tóxicos y Peligrosos, el decreto sobre evaluación de impacto ambiental y las bases de actuación para optimizar la red de vigilancia de la contaminación atmosférica. Lo que debemos hacer es aplicar todas estas normativas".Martínez Salcedo tampoco estima necesaria la creación de un Ministerio de Medio Ambiente, porque "sería una caja muy grande para un contenido muy pequeño". "En este sentido, no creo que estemos a las puertas de una transformación sustantiva de la Administración española. Tengo claro, sin embargo, que para atender los retos que nos vienen de la Comunidad Europea la actual DGMA es totalmente insuficiente". Salcedo reconoce que existen serias dificultades para la aplicación de las directivas comunitarias en materia de medio ambiente a las condiciones de nuestro país. "Somos conscientes de que algunas de las directivas comunitarias supenen un coste económico que no nos podemos permitir", admitió.

Algunas directivas, como la que impone la reducción de emisiones de dióxido de azufre o el acondicionamiento de la red hidrográfica española a las exigencias de la Comunidad Europea, plantean problemas insalvables, en opinión de Martínez Salcedo; tanto es así que ajustarse a los parámetros comunitarios en materia de aguas de consumo humano o de baño supondría a nuestro país tener que cerrar buena parte de las instalaciones industrialles.

El recién nombrado director del Icona, Mariano Sanz, que fue hasta hace poco gobernador civil de Orense, se manifiesta en términos semejantes a su antecesor en cuanto a las críticas que ha tenido que soportar esta instilución por parte de sectores y personas allegadas al ecologisino. "Ha existido un cierto morbo en las críticas a este organismo y, en algunos casos, esa crítica ha sido infundada. Creo que es necesasio un debate importante, para que quienes tienen cosas serias que decir las digan y los meros ecos se callen. Que hablen los que saben de ecología y medio ambiente, y los que están haciendo crítica desde la banalidad que, por favor, no disturben el debate".

La nueva función del Icona, en opinión de su director, consistirá en "coordinar y diseñar el gran marco de esfuerzos" en colaboración con las comunidades autónomas y con otros organismos. Algunos de estos esfuerzos se refieren a la lucha contra la erosión y la desertización y a la restauración hidrológica. Sanz asegura que está dispuesto a colaborar con todos para evitar que el patrimonialismo administrativo se convierta en un veneno".