La Junta de Andalucía descarta que la muerte de las aves se deba a los insecticidas

El consejero de Agricultura de la Junta de Andalucía, Miguel Manante, reveló ayer el resultado de unos informes que descartan, según dijo, toda, relación entre la muerte de millares de aves en las proximidades de Doñana y los insecticidas metil-paratión, de uso prohibido, y triclorfón, que emplean los arroceros de las marismas del Guadalquivir. Según Manaute, los estudios pueden encaminarse ahora a localizar una "enfermedad desconocida".

La declaración del consejero contrasta con la ofrecida por el Instituto Nacional de Toxicología de Sevilla, según el cual las aguas analizadas "son lo suficientemente tóxicas como para haber producido la muerte de los animales".Las últimas versiones oficiales sobre el origen del siniestro ecológico han venido a aumentar la confusión creada tras conocerse que unos 27.000 patos y otras especies acuáticas han muerto en las marismas y zonas colindantes al Parque Nacional de Doñana. La Junta de Andalucía, que primeramente relacionó la mortandad de anátidas con la ilegal utilización de un insecticida llamado metil-paratión, descartó ayer rotundamente su primera hipótesis. "Los análisis de agua, patos muertos, arroz y barro de las marismas no confirman la existencia de los insecticidas metil-paratión ni de triclorfón, salvo en cuatro o cinco casos en los que aparece una pequeña cantidad de este último producto, que en nada ha afectado a las aguas", dijo Manaute. "Estos productos no han causa do la muerte de los patos", subrayó el consejero.

El director del Instituto Nacional de Toxicología de Sevilla Manuel Repetto, hizo públicos también ayer los resultados de los análisis practicados por su departamento, que difieren de los expuestos por el consejero Manaute. Según Repetto, de la cinco muestras de agua tomadas en distintos puntos de la zona siniestrada, cuya, localización exacta dijo desconocer, una de ellas tiene índices "muy altos" de triclorfón y de un derivado de éste, el diclorvós, que se forma por descomposición. Otra de las muestras, añadió, tiene, además de los productos anteriomente citados, porcentajes menores de malatión y metil-paratión, de uso prohibido en zonas acuáticas por la Junta. Repetto manifestó que las aguas analizadas "son lo suficientemente tóxicas como para haber producido la muerte de los anímales". Las muestras analizadas por el Instituto Nacional de Toxicología fueron remitidas por el leona.

Por su parte, el responsable de Agricultura de la Junta de Andalucía, que aseguró no haber recibido el informe de Manuel Repetto, justifica la detección de productos tóxicos y del producto triclorfón -recomendado por su departamento para tratar las, plagas del arroz- en que se trata de muestras tomadas el día 11 de septiembre "en las pistas de despegue de las avionetas fumigadoras". Según Manaute, que basó su aseveración en un informe de leona, la muestra tóxica estaba compuesta por los restos que quedan en la pista de aterrizaje tras cargar los aviones de insecticida, diluidos luego en agua para su análisis. "Por tanto", subrayó, "lo que el instituto ha analizado es triclorfón prácticamente puro". A lo largo del día de ayer no fue posible hablar con responsables de leona que confirmaran la versión del consejero andaluz.

Los arroceros, a los que se implicó directamente como presuntos responsables del vertido de productos tóxicos a las marismas del Guadalquivir, han reafirmado su inocencia. Un portavoz del sector, José Hermano,se reafirmó en que todo cuanto sucede "es una maniobra de la Administración y de los responsables del Parque Nacional de Doñana". "No es la primera vez", continuó, "que se nos achaca la responsabilidad en los desastres sucedidos en Doñana, pero nosotros seguimos esperando que demuestren las acusaciones con pruebas y, sobre todo, con los análisis".