_
_
_
_

El equilibio de Jeremy Irons

Andrés Fernández Rubio

El actor británico Jeremy Irons es en La misión, un jesuita iluminado que antepone la fuerza de la fe y la palabra a la de las armas. Irons tiene, a sus 38 años, un aspecto cuidadosa mente desaliñado y una palidez que destaca sobre su pelo lar go, rubio y lacio. Nació en la isla de Wight y sus orígenes como actor están en el teatro. Ha sido definido como "un actor romántico" y su papel más conocido en el cine, en La mujer del teniente francés, confirma la definición. Sus rasgos parecen adecuados para, transmitir el efecto de coraza exterior que esconde una crispación que nunca sale a la superficie.En la serie de televisión Retorno a Brideshead -"actué en ella porque quería darme a conocer", dice- era uno de los dos protagonistas. Interpretaba a un exquisito. Lo mismo que en Un amor de Swann, de Schlöndorf, filme basado en un fragmento de la obra de Proust.

Más información
El filme 'La misión', Palma de Oro en Cannes, tuvo ayer su estreno mundial en Madrid

Irons sigue actuando en el teatro, pero el cine le tienta porque es menos fatigoso que la escena y requiere, al contrario que la televisión, una actitud muy selectiva por parte del espectador, "quien no puede cambiar de canal si ya está en una sala", dice.

El actor señala que llegó al oficio "porque era una forma de ganarme la vida". Le va bien, según dice, ya que fiende a aburrirse con facilidad y así puede cambiar de sitio, de situaciones, de gente.

Afirma que no tia luchado para llegar a su puesto actual de galán de éxito. "Sólo he jugado con cuidado", afirma. Irons está casado con la actriz Sinead Cusack y tiene dos hijos. Su mujer le dice que es la persona más ambiciosa que conoce. Él no está tan seguro.

Da la impresión de tener la mente muy ordenada; cuando habla, lo hace de forma muy reflexiva. El juego de un actor con los personajes, juego de desdoblamiento y de locura, le parece que puede ser peligroso: "Si estás muy centrado como persona, es posible explorar las emociones. Si no, puedes perder el equilibrio".

Su familia le da seguridad. Su mujer y sus hijos son las murallas. "Sólo salgo de ellas para luchar contra los molinos de viento porque sé que puedo volver y amurallarme de nuevo".

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_