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Miles de aves muertas por envenenamiento en Doñana

Miles de aves, en su mayoría patos de distintas especies, están muriendo en las marismas limítrofes con el parque nacional de Doñana como consecuencia de un envenenamiento masivo. Según datos aportados por científicos que trabajan en la zona, el número de animales muertos ascendería a unos 25.000, pero se teme que el resultado rinal pueda ser mucho más elevado. Pese al dramatismo de las cifras y al oportuno conocimiento del siniestro ecológico, ningún organismo con responsabilidad ha tomado medidas para que el envenenamiento sea controlado.

El origen del envenenamiento masivo, detectado en los últimos días de agosto, podría tener su origen en el uso indiscriminado de insecticidas por parte de los arroceros de las marismas del Guadalquivir. Científicos y guardas de Icona, que prefirieron ocultar su identidad, aseguraron que "las avionetas han campado a sus anchas" durante el mes de agosto e, incluso, el pasado día 19 se fumigó el llamado Brazo de laTorre, en pleno parque nacional de Doñana, lo que está totalmente prohibido.A partir de esa fecha "comenzaron a morir animales por cientos", aseguró el conservador accidental del parque de Doñana, José Manuel de Benito, quien fue alertado por los guardas. De Benito manifestó que, tras efectuar una inspección por las zonas siniestradas, se encontraron envases de insecticidas prohibidos en lugares donile existe fauna acuática. Entre ellos citó, Cirial 50, Endosulfán y Malatión. De Benito comunicó el hecho a sus superiores.

Los parajes más afectados han sido el Canal de Cantarita, próximo al preparque, y El Lucio del Cangrejo, situado en el mismo preparque de Doñana y propiedad de la Fundación José María Blanc. En el área de El Lucio del Cangrejo se contabilizaron 2.300 patos muertos en la primera semana de septiembre.

Uno de los biólogos de la fundación manifestó que sus veterinarios ya determinaron por esas fechas que se trataba de un "presumible envenenamiento causado por insecticidas", y que en ningún caso se trata de epidemia. La sospecha más firme es que se han mezclado diversos productos con la idea de reforzar la eficacia de la fumigación. En los brazos de agua de las marismas se han encontrado latas de insecticidas prohibidos.

Durante estos últimos días personal de la Estación Biológica de Doñana, Icona, arroceros y cazadores de Villafranco del Guadalquivir -población situada en la marisma- han enterrado o quemado los cadáveres de los patos, "cada uno por intereses distintos". Unos, para evitar contagios a la fauna general del parque; otros, se sospecha que para ocultar pruebas del desastre producido. Entre las especies afectadas se encuentran patos cuchara, patos reales y chorlitejos, y, en menor medida, garzas reales y espátulas. También han muerto cercetas pardillas, especie a punto de desaparecer en España y de las más raras que existen en Doñana.

Los animales mueren lentamente por la paralización de sus músculos o "en seco", según dijo un guarda de Doñana. Éstos aparecen reventados y echando sangre por el pico y el ano.

Nadie encuentra justificación al hecho de que el Servicio de Protección de Vegetales de la Junta de Andalucía no haya controlado las fumigaciones. Se desconoce también por qué "los responsables del paraje natural han ocultado a la opinión pública lo que está ocurriendo en Doñana", según declaró Jesús Vozmediano, presidente de la asociación ecologista Andalus.

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