El Gobierno suprime los beneficios fiscales a Ias inversiones en renta fija

La supresión de la desgravación fiscal para las inversiones en renta fija, incluida, la deuda pública, es la principal novedad fiscal de los Presupuestos Generales del Estado para 1987. El proyecto, que fue entregado ayer por el ministro de Economía al presidente del Congreso, refleja una expansión moderada de la economía española, con un crecimiento del 3,5% y una inflación del 5%. El número de parados, señaló Solchaga, descenderá, "tanto este año como el próximo, en más de 150.000 personas".

El fin de la deducción fiscal del 15%, para las emisiones de renta fija (deuda, bonos y obligaciones, tanto del Estado corno de instituciones privadas) se inserta en la política liberalizadora del sistema financiero. El libre juego del mercado para estas emisiones, que tendrán a partir de ahora que basar en los tipos de interés su atractivo sobre los inversores, será asumido también por el Estado.Las modificaciones en los incentivos a la inversión que contempla el impuesto sobre la renta afectan también a las inversiones de renta variable, cuyo porcentaje de deducción bajará del 17% al 10%. También se reducirán, del 15%. al 10%, los beneficios fiscales de las primas, de seguro. El objetivo de Gobierno, según señaló el ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, es favorecer las inversiones en capital riesgo para creación y desarrollo de empresas y los fondos de pensiones de próxima creación. La liberalización sobre el sistema financiero se extenderá a los coeficientes bancarios, cuyo límite de reducción "es grande, y en ese camino se hará un esfuerzo importante".

El ministro afirmó que los objetivos de política económica para el próximo año (crecimiento del 3,5%, reducción del déficit público al 4% del PIB y de la inflación al 5%) son posibles, "porque se están empezando a notar de manera significativa los frutos de la política de sanearniento y rigor de la primera legislatura". Ya este año, el cumplimiento de los objetivos ha permitido "un aumento sin precedentes en la creación de empleo".

Los ingresos del Estado ascenderán a 6,14 billones de pesetas, un 12,3% más que en 1986, lo que va a suponer un incremento de la presión tributaria sobre los contribuyentes del 0,68%. El déficit público tendrá el protagonismo positivo de descender en valores absolutos el próximo ejercicio, por primera vez en los últimos años. Su disminución al 4% del PIB es todavía una previsión ajustada al objetivo del Gobierno, porque el actual proyecto está cerrado a un 3,7%, pendiente de la subida en la financiación a las comunidades autónomas.

Si el año pasado, comentó el ministro, la presentación de los presupuestos provocó la contestación por parte de los agentes sociales, "éste por lo menos no va a despertar animadversión, aunque tampoco grandes entusiasmos".

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