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Industria no ha recibido ninguna solicitud para retirar los pararrayos radiactivos

El Ministerio de Industria y Energía no ha recibido hasta el momento ninguna solicitud para retirar pararrayos radiactivos, según declaró un portavoz de la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (ENRESA). El pasado 11 de julio se publicó un decreto en el Boletín Oficial del Estado por el que se prohíbe la nueva instalación de este tipo de dispositivos y se da el plazo de una año para, o bien retirarlos, o bien homologarlos como instalaciones radiactivas. A falta de un censo oficial, según cálculos de la Asociación Ecologista de Defensa de la Naturaleza (Aedenat) existen en Madrid unos 7.000 pararrayos radiactivos.Después de dos meses de la entrada en vigor del decreto, tan sólo se han recibido 30 llamadas de toda España solicitando información sobre los requisitos para retirar los pararrayos radiactivos. Coincididendo con aquella fecha se inició una campaña de difusión a través de diversos medios comunicación que parece no haber dado su fruto. El paréntesis veraniego y la lentitud en este tipo de procesos son algunas de las razones que, según fuentes oficiales, explican la ausencia de solicitudes hasta la fecha. En toda España existen más de 15.000 parrayos radiactivos.

ENRESA estudia en estos momentos los requisitos necesarios para las operaciones de desmantelamiento, transporte y almacenamiento de pararrayos radiactivos, que correrán a cargo de. empresas subcontratadas y debidamente autorizadas para el manejo de cabezales radiactivos. Industria determinará los costes de estas operaciones y los pondrá en conocimiento de los propietarios de los edificios afectados en el último trimestre de este año.

Las comunidades o particulares que dispongan de un pararrayos radiactivos deben dirigir sus solicitudes a la Dirección General de la Energía y al Consejo de Seguridad Nuclear. Entre las dos opciones existentes -la retirada o la homologación como instalación radiactiva- sólo la primera parece víable, en opinión de Aedenat, ya que la segunda exigiría requisitos tales como la elaboración de un plan de emergencia o continuas revisiones periódicas. "En cualquier caso", precisa un portavoz de la asociación ecologista, "Industria debería correr con los gastos de su retirada".

La peligrosidad de los pararrayos radiactivos radica sobre todo en su manipulación por personas no cualificadas y en su vertido incontrolado. El deterioro del cabezal radiactivo, al quedar expuesto a la acción de la lluvia y el viento, es otro riesgo añadido de estos dispositivos.

Hasta el pasado 11 de julio, los requisitos para instalar un pararrayos radiactivo eran idénticos a los de uno convencional. Con la prohibición de nuevas instalaciones, España adopta una medida, similar a las ya exitentes en países como Francia o Suecia. En otros, como Estados Unidos o la República Federal de Alemania, estos dispositivos están bajo control oficial.

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