_
_
_
_
_

La búsqueda de libertad formal y temática, eje del debate entre novelistas de la lengua de España

La libertad en la creación narrativa, tanto temática como formal, es el denominador común de la nueva novela española en las distintas lenguas del Estado, según se puso de manifiesto la pasada semana en el encuentro de novelistas y críticos celebrado en Pendueles (Llanes), organizado por la universidad de Salamanca y el Ministerio de Cultura, que termina el pasado fin de semana. Escritores y críticos discreparon en sus planteamientos, lo que ha sido interpretado como un síntoma del afán liberador que se aprecia entre los nuevos narradores decididos a romper con cualquier corsé o normativa que trate de imponerse al proceso creativo.

Víctor García de la Concha, catedrático de Literatura y director del encuentro, considera que éste ha servido para detectar la "culminacíón del proceso de liberalización de la novela, tanto del experimentalismo a que estuvo sometida en los años sesenta y parte de los setenta como de cualquier esclavitud respecto a la realidad social. Esto se ha visto en la ponencia sobre la novelística vasca, que fue quizás el momento más tenso. Los nuevos narradores buscan su liberación en beneficio de la narratividad misma y de lo imaginario".José María Merino, uno de los representantes de la novela en castellano, interpreta ese afán de liberalización como "una pérdida del miedo, común en los escritores de las distintas lenguas del Estado, de escribir lo que nos apetezca y como nos apetezca, con una gran pluralidad y rigor en los planteamientos y proyectos de gran riqueza y diversidad. Esto puede suponer un hito y la génesis de una novela de gran pluralidad. Y este es no sólo un denominador común de cuantos nos hemos congregado aquí (en su mayor parte sin conocernos previamente), sino además un rasgo diferenciador respecto a todo lo que se había hecho anteriormente: (realismo crítico, experimentalismo ... ). Ahora a no hay más doctrina que hacer buena literatura".

Un planteamiento tan libérrimo necesariamente habría de colisionar con el discurso crítico. La discrepancia, entre novelistas y estudiosos se reprodujo también en Pendueles. "Nos han mezclado con críticos y éstos han querido damos una lección de creación, así que hemos tenido que acabar diciéndoles que ya está bien", explicaba en la clausura del encuentro Javier Martínez Reverte. "Cuando escribimos", añade, "lo hacemos para inventar mundos no para que acaben otros explicándonos el proceso creativo. Muchos críticos sienten envidia de los escritores, pero a nosotros los críticos tan sólo nos cabrean. Es una grosería que hablen mal de los novelistas; el crítico está para hablar bien del escritor. Los novelistas queremos hacer lo que nos dé la gana, y los críticos quieren encorsetarnos".

Diversidad y pluralidad

El concepto de generación también fue rechazado por los participantes, quienes proclamaron en todo momento la diversidad y pluralidad de sus respectivas obras De ahí que García de la Concha especificase que no se ha hablado de generaciones biográficas, sino de generaciones de textos. "Textos", explica, "escritos por autores que en algunos casos han intentado anteriormente otros géneros.y entre los que existen ' incluso notables diferencias de edad". No obstante, el crítico catalán Alex Broc advertía algunas otras coincidencias en la obra de los nuevos narradores. "Quizá por ser los primeros escritores nacidos después de la guerra hay una gran similitud de intereses, preocupaciones e inquietudes. Y he podido constatar también la existencia de un arquetipo generacional evolutivo: un personaje creativo que ha ido apareciendo y desapareciendo, encarnándose en distintos personajes de distintas novelas y evolucionando a través de ellas".Broch coincide con los novelistas participantes en la conveniencia de encuentros de este tipo, por cuanto posibilitan el conocimiento de lo que se está haciendo en las distintas lenguas del Estado y permite el estudio comparativo de las distintas culturas, entre las que existe actualmente, según el crítico catalán, "un desconocimiento mutuo flagrante".

El encuentro, según Juan José Millás, ha permitido también "vislumbrar qué pasa en la novela actual e intuir que se van a producir cosas importantes en los próximos años", así como alcanzar un mayor conocimiento de quién hace novela ahora en España. Maria Antonia Oliver, balear, y Montserrat Roig, catalana, se lamentaban de la ausencia de escritores asturianos. García de la Concha lo justificaba: "Al contrario que la poesía, la narrativa en lengua asturiana es aún muy incipiente. Sólo hay, publicadas cinco novelas cortas, y, no encajan en el objeto del encuentro. Tampoco hemos invitado a los novelistas consagrados, porque este no era un desfile de modelos, sino un encuentro de la nueva narrativa. Otras ausencias hay que achacarlas a compromisos de los escritores invitados que no pudieron acudir".

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_