Marsillach presenta en Almagro un nuevo montaje de 'Los locos de Valencia'

La segunda obra del repertorio que ofrece la Compañía Nacional de Teatro Clásico, dirigida por Adolfo Marsillach, es una disparatada comedia de Lope de Vega. Los locos de Valencia fue estrenada por primera vez el pasado viernes, dentro del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, donde también se presentó hace escasos días el primer montaje de esta compañía, El médico de su honra, un brutal y espeluznante drama calderoniano. El espectáculo fue bien acogido por el público del estreno.

El director de este montaje, Adolfo Marsillach, dice que Los locos de Valencia es una obra divertida, descarada, provocadora y caliente, con olor a Mediterráneo, a la Albufera, a mejillones al vapor, a mascletá y arroz con pollo.Adolfo Marsillach, que montó este espectáculo en 1959, ha Vuelto a trabajar en él con una nueva readaptación de Juan Germán Schroeder, confiesa no recordar en absoluto qué hizo entonces con este texto de Lope de Vega, por el que recibió el Premio Nacional de Teatro.

En esta ocasión lo hace con su compañía estable, a la que además del escenógrafo Carlos Cytrynowski y los actores Ángel de Andrés López, Vicente Cuesta, Marisa de Leza, Tony Canal, Fernando Valverde, Fidel Almansa, Francisco Portes, José Caride y otros profesionales se han unido María Luisa Merlo y, Pilar Bayona como actrices y José Nieto como músico.

El motivo por el que ha querido presentar Marsillach dos obras tan dispares ha sido intencionado. "Pienso que es una buena aproximación a eso que se llama repertorio y una forma de que se pueda ver a los actores trabajar en papeles muy distintos con el hecho insólito en este país, y lo digo en su honor, de que primeros actores acepten no ser protagonistas".

Filosofía

El propio José Luis Pellicena, primer actor del drama calderoniano, hace un irónico y pequeño papel en esta obra, algo que al actor le parece muy bien. "Es parte de la filosofía de la compañía, con la que estoy totalmente de acuerdo, y creo que esta es la mejor forma de refrendarlo". En esta ocasión el protagonista es Ángel de Andrés López, actor surgido del teatro independiente y cercano a la comedia en su pasado profesional. Con su incorporación a la Compañía Nacional de Teatro Clásico se enfrenta por primera vez con rigor adverso. "El sistema de rotación me parece positivo, así como cuando empecemos a rotar también papeles. El estar en un proyecto de este tipo supone que lo de menos sea hacer personajes protagonistas o secundarios", dice.Para Marsillach, la idea es que haya un bloque de actores fijos y según el texto se incorporen otros profesionales de la escena. En este sentido, un claro ejemplo lo dan las actrices. María Luisa Merlo y Pilar Bayona, que se han incorporado a la compañía para interpretar dos papeles llenos de comicidad en la obra. María Luisa Merlo, protagonista femenina, declara que esta es la primera vez que se enfrenta al verso en un teatro, ya que hasta ahora sólo lo había hecho esporádicamente para trabajos televisivos. "A pesar de la experiencia heredada de mí padre y las clases recibidas, me he puesto en blanco y me he entregado a las manos de Marsillach. Creo que no ha querido sacar ninguna de mis especialidades o tics y ha conseguido que esté fresca como si hubiera debutado anteayer. Los ensayos han sido muy enriquecedores y es sorprendente ver cómo sin coartarte te marca unas directrices muy concretas. Es bueno no tener que echar mano de los clichés de uno mismo y que te dirijan el trabajo desde fuera. Este papel ha sido muy importante para mí, pues estaba pasando una crisis de afición", afirma María Luisa.

Marsillach no ignora el riesgo de que los actores se disparen en una comedia tan cercana a la farsa y se pierda, por tanto, el sentido e intención inicial del montaje.