El Ejército boliviano investigará el asesinato de un biólogo por un grupo de narcotraficantes
El asesinato del científico Noel Kempff Mercado efectuado el pasado sábado por narcotraficantes bolivianos -de los que milagrosamente se salvó el biólogo español Vicente Castelló- será objeto de una "exhaustiva investigación" tanto por parte de las Fuerzas Armadas como por una comisión del Congreso de Bolivia, según anunció ayer el ministro de Informaciones de este país, Hermann Antelo.
"El presidente Víctor Paz Estenssoro ha ordenado a las Fuerzas Armadas una investigación exhaustiva", dijo ayer,al término de una reunión en la casa del Gobierno, el ministro de Informaciones, Hermann Antele al referirse a la matanza de la que el biólogo español, Vicente Castelló, fue el único superviviente.El asesinato de Kempff -destacado científico de 62 años- y su piloto y guía, Juan Cocha Manidis, fue efectuado por traficantes de droga en la reserva forestal de Huanchaca, en la mayor fábrica de cocaína hasta allora descubierta en Bolivia.
Las declaraciones de ayer del ministro Antelo constituyen un intento de despejar las dudas que persisten respecto a la demora por parte de las autoridades en enviar efectivos tanto para lograr el rescate de los cadáveres como la captura de los asesinos de Kempff y de su piloto. El Congreso boliviano decidió encargar a la Comisión de Constitución, Justicia y Policía judicial una investigación de las denuncias efectuadas por instituciones cívicas así como la prensa de la ciudad de Santa Cruz sobre la "negligencia y desidia" de las autoridades y, en especial, del Ministerio del Interior, en este caso.
"Fuga permitida"
Según estas denuncias, el ministerio del Interior no sólo dio una contraorden para evitar la movilización de tropas militares el sábado (cuando el biólogo español Vicente Castelló informó del crimen tras ser rescatado), sino que "demoró el envío permitiendo la fuga de los narcotraficantes" que dejaron en el camparnento centenares de barriles de acetona y otros materiales para producir cocaína.Las observaciones a lo que ha sido calificada como una "extraña actitud del ministro del Interior", dieron lugar, en la sesión del Congreso celebrada ayer, a airadas intervenciones tanto por parte del propio titular de esta cartera, Fernando Barthelemí, como de los parlamentarios. "No creo que la inmunidad parlamentaria signifique impunidad para hacer acusaciones que no se pueden probar", dijo el ministro Barthelemí al advertir que "los parlamentarios que emitieron acusaciones contra la policía y las Fuerzas Armadas tendrán que responder por ellas en el Congreso o fuera de éste". Pero pese a todo, las dudas persisten.
El ministro de Defensa, Fernando Valle, señaló que los organismos de inteligencia bolivianos conocían con anterioridad la existencia de la fábrica de cocaína en las serranías de Guanchaca. Aunque en un primer reconocimiento no se pudo localizar el lugar exacto, ya se había previsto una "incursión armada para los próximos días".
Valle dijo también, al respaldar a su colega Barthelemí, que la demora en las acciones policiales fue provocada por la "falta de combustible y otros obstáculos" y que no hubo negligencia... sino que se trató de evitar otras desgracias en el entendido de que allí operaban los nartotraficantes". El comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, general Raúl López Leitón, al advertir la gravedad de la situación, afirmó ayer: "Corremos el riesgo de tener en el futuro un Gobierno de narcotraficantes".
Por otra parte, La Central Obrera Boliviana (COB), informó ayer que está dispuesta a efectuar las acciones necesarias para modificar el equilibrio de fuerzas políticas actualmente existente en el país con el fin de que el Gobierno modifique su posición intransigente ante la crisis minera.
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