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Emoción y desconcierto en el homenaje a Lorca

Unas 300 personas, entre artistas, intelectuales, simples lectores de su obra y vecinos de los alrededores, visitaron durante la madrugada de ayer el barranco de Víznar, donde se presume que fue asesinado Federico García Lorca hace 50 años. La falta de organización del homenaje provocó el desconcierto entre las primeras personas Negadas al lugar al filo de las tres de la madrugada. Al acto, que no estuvo desprovisto de la emoción que se le suponía a una conmemoración poética de este carácter, acudieron antiguos miembros del grupo de teatro La Barraca, del que formó parte Lorca.

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Un grupo de 200 personas aguardó durante varios minutos junto al barranco de Víznar la llegada de alguna representación oficial que abriese el homenaje. Esa presencia no llegó a producirse. Ante esta ausencia, los concentrados decidieron subir hacia la primera de las fosas comunes donde están enterrados varios cientos de personas asesinadas al comienzo de la guerra civil. El silencio fue roto por el cantautor Carlos Cano, que, tras unas breves palabras, interpretó de forma improvisada dos composiciones suyas basadas en textos de Federico García Lorca.Una hora más tarde acudió otro grupo de personas que entonó diversos cantes flamencos, recitó poemas con trasfondo lorquiano y veló una cruz hecha con piedras y rodeada de velas encendidas hasta que comenzó a rayar el alba por encima del barranco. En el acto estuvieron algunas actrices que intervienen en el rodaje de la película Lorca, muerte de un poeta, como Margarita Lozano y Berta Riaza, y poetas de la nueva generación granadina. La película la dirige el cineasta Juan Antonio Bardem, que también se halla en Granada estos días, junto con destacados lorquistas.

Rafael Alberti, que se encontraba participando en un congreso literario en Pamplona, pronunciará el viernes en Víznar una conferencia titulada García Lorca, poeta y amigo. También dentro de la semana cultural de Víznar, Ian Gibson, autor de un considerable número de estudios sobre la figura de Lorca, hablará sobre las causas y la forma en que fue asesinado el poeta.

La Barraca

La convocatoria del homenaje de la madrugada fue hecha por el Ayuntamiento de Víznar, aunque no acudió ninguna representación municipal. Al parecer, la idea partió de los miembros del actual grupo teatral La Barraca de Aranjuez, que, llegada la hora, se sintieron algo defraudados por el carácter público que se había dado al homenaje a través de los medios informativos. Esto provocó que los asistentes acudieran por grupos y que no se celebrase un acto único, que además carecía de programa por el carácter íntimo que pretendían darle los miembros de La Barraca.

El acto, pese a la inexistencia de un plan, resultó emotivo. La noche fue más fresca que las anteriores, y una luna inmensa sobre los pinares fue el decorado del homenaje. En medio de una discreta oscuridad, las primeras personas en subir hacia el lugar habitual de fusilamiento en la guerra civil se aventuraron por las veredas con linternas y en hilera. Las agujas caídas de los pinos hacían resbaladizas algunas zonas del barranco. El lugar donde están enterradas unas 4.000 personas víctimas de la represión franquista fue una tierra de labor que, tras convertirse en necrópolis, fue repoblada con pinares. En la actualidad se conserva intacta y sólo algunos ramos de flores, cruces rudimentarias hechas con ramas atadas entre sí y dibujos del rostro de Lorca actualizan su sentido.

Alrededor de la primera gran fosa se rindió el homenaje en la madrugada de ayer, como ya ocurriera en 1983 en una noche más oscura iluminada por los faros de algunos vehículos desde la carretera. Muchos visitantes se marcharon decepcionados al comprobar que el acto no estaba organizado y que se dejaba a la libre capacidad de cada cual el alcance del homenaje. Conforme avanzó la madrugada se sumaron a él nuevas personas, como un grupo flamenco que en un acto vecino a la necrofilia cantó, danzó y recitó, ante el silencio denso de los presentes, en torno a una cruz trazada sobre el suelo y rodeada de las mismas velas con que los asistentes se habían alumbrado para llegar al lugar.

'Los pozos'

Sin embargo, Lorca no fue el único motivo de la visita al barranco de Víznar para ciertas personas. Mientras el público aguardaba en la carretera colindante al barranco, en la llamada curva de Alfacar, en el límite justo de las dos localidades, unos vecinos subían a las fosas posteriores a poner unas luminarias en memoria de los familiares allí caídos en 1936. Aunque la mayor parte de los asesinados vivía en Granada, tampoco fueron ajenos a la muerte violenta algunos vecinos de Víznar y Alfacar. Desde hace 50 años los familiares han continuado viniendo a los pozos, aliados en la oscuridad, a recordar a los fallecidos. Un hombre contabilizaba, sorprendido al ver las hileras de gente desplazarse por el barranco, las víctimas de Víznar, "que no fueron más porque hubo gente buena que salvó a muchos; si no, el pueblo hubiera quedado vacío".

Unas 50 personas aguardaron en el barranco la llegada de las primeras luces, entre constantes recuerdos, intervenciones de imprevistos poetas y rasgueo de guitarras. Hasta esa hora estuvieron los miembros de La Barraca y algunas de las actrices de la película de Juan Antonio Bardem sobre Lorca que se rueda estos días en Granada. Ya en la arnanecida, los asistentes se retiraron en coches y furgones atestados hacia la ciudad.

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