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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Contradicciones y desigualdades

Coriolano.De Shakespeare. Traducción de Eusebio Lázaró. Intérpretes: Juan Polanco, José Albiach, Alberto Fernández, Eusebio Lázaro, José Luis San Juan, Manuel Pereiro, Manuel de Bias, Carlos Manuel Díaz, Francisco Merino, José Correa, Jesús Ruyman, Fernando Ransanz, Julícta Serrano, Marina Saura, Carmen Liaño, Carlos Torrente, José Luís Novoa, Jesús Fuente, Jorge Viroga, Francisco Peña, Juan

Diego Boto, Carlos Lázaro, David de Blas. Música de Armando Lorente.

Escenografia y vestuario: Díetlind

Konold. Dirección: Toby Robertson. Estreno en Madrid:,Conde Duque (Veranos de la Villa), 15 de agosto.

Shakespeare es siempre dificil, y Coriolano, una obra dura. Eusebio Lázaro tiene trazada ya una carrera desafiante, enfrentada con obras y géneros que requieren grandes esfuerzos; es una elogiable temeridad que le lleva, en este caso, a arriesgarse con las dificultades añadidas de la campañade verano, con sus micrófonos, sus ruidos exteriores, la necesidad de la escenografla sumaría, las sorpresas que puede suministrar cada tablado y cada público.

Para este Coriolano ha traído al director británico Toby Robertson (Yo, Claudio). La escuela declamatoria inglesa, sobre todo para Shakespeare, es de tonos fuertes y violentos, y responde a un idioma monosilábico y duro; las palabras largas, las frases extensas del español no se prestan tan fácilmente. El texto lo ha traducido Eusebio Lázaro mismo; tal vez un poeta, un escritor dramático, hubiera sacado más partido.

El personaje de Coriolano ha sido visto siempre como la trage dia del guerrero orgulloso y despectivo, feroz, situado en un momento culminante: ablandado por las mujeres que le imploran, elige la piedad en lugar del honor, y se precipita a la desgracia y la muerte. Voltaire decía que el tema de Coriolano "sólo da para una escena", que es la de la súplica de la madre, y la tradición escénica se ha volcado sobre ella (en España, El privilegio de las mujeres, de Montalbán y Coello; Las armas de la hermosura, de Calderón, con la es posa como principal mediadora y con finales felices). A partir de la versión de Brecht (1952) aparece, sobre todo, el conflicto del poder militar y el civil, de la lucha de clases, de las razones del pueblo. En esta versión, el texto de Shakespeare no ha sido violentado hasta ese punto, pero la intención escénica es la misma, lo cual puede dar como resultado ambigüedad y contradicción.

El reparto es largo. Eusebio Lázaro hace un trabajo de voz y gesto que caracterizan su personaje como una pieza única, dura y entera, lo cual dificulta un poco las transiciones; la ironía del discurso a la plebe, la concesión a la madre y el regreso a Roma. Julieta Serrano intenta valerosamente humanizar su personaje más allá de la declamación impuesta, y lo consigue muchas veces. Los demás no dejan tampoco de intentar sus dicciones personales, sus estilos propios y conocidos, lo cual produce desigualdades.

Tuvo poco público en su estreno. Era la fiesta de La Paloma, la mitad de agosto... Y hay uri cierto miedo a estas obras densas presentadas de una manera ocasional.

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