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Pastora afirma que algunos quisieron negociar su vuelta a Nicaragua

Antonio Caño

Edén Pastora, el antiguo comandante de la revolución sandinista y opositor después al régimen instalado en Managua, está dispuesto a volver a Nicaragua si antes llega un acuerdo con el Gobierno de ese país. El ex Comandante Cero, que cuenta 49 años, asegura que algunos de los nueve comandantes que dirigen el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) eran partidarios de negociar su retorno a Managua, pero se opuso el ministro del Interior, Tomás Borge, a quien habitualmente se considera representante de la línea dura del régimen sandinista.Pastora quiere encabezar "un movimiento de centro" que sirva como "tercera vía" entre los proyectos del régimen nicaragüense y los de la contra, respaldada por EE UU. Pero, mientras no cuente con el respaldo internacional suficiente para esa operación, volverá a pescar tiburones en el Caribe'.

"Hoy el problema está horriblemente situado entre Managua y Reagan", dice, "pero sigue latente la alternativa de una tercera vía, y si las democracias lo apoyan, nosotros tiramos para adelante".

El veterano guerrillero -ha estado 28 años con las armas en las manos- no cree que existan condiciones para trabajar por ese proyecto en el interior del país, pese a que el Gobierno sandinista ha ofrecido una amnistía a los combatientes que depongan las armas.

"No se puede volver a un país ocupado por 3.000 militares cubanos disfrazados de intemacionalistas, un país que no tiene libertad de expresarse libremente, donde todo el que se opone al Gobierno, aunque se haga una crítica revolucionaria, es considerado un contrarrevolucionario, un agente de la CIA, un traidor", dice Pastora.

Actualmente en Nicaragua, en opinión de Pastora, "no manda nadie, no hay centralización del poder, no hay una cabeza". "Hay decisiones políticas", añade, "que no se toman porque no hay consenso, porque alguno se opone".

"Sé, por ejemplo, que cuando yo estaba en la cárcel en San José [después de renunciar el mes pasado a la lucha armada] algunos miembros de la dirección del FSLN propusieron hablar conmigo, con lo que sencillamente habrían conseguido que el Congreso norteamericano no aprobase la ayuda para la contra, pero Tomás Borge se opuso. Ha sido un grave error, que yo me explico porque han dejado de ser terceristas para hacerse de la guerra popular prolongada [las dos tendencias, la primera moderada y la segunda más radical, que desde el combate contra el dictador Somoza se disputaron el poder en el partido]".

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Edén Pastora afirma que se siente más cercano a los actuales dirigentes de su país que a los jefes de la contra (Adolfo Calero, Alfonso Robelo y Arturo Cruz) y que está dispuesto a apoyarles si se hacen algunos cambios en el sistema político nicaragüense.

"Estamos en un círculo vicioso, en el que se cierra el diario La Prensa por la agresión norteamericana y existe la agresión norteamericana porque se cierra La Prensa. Hay que acabar con esto, tenemos que quitarle el arma al imperialismo y conseguir un apoyo universal". Para ello, cree que lo más importante es "que se vayan los asesores extranjeros y conceder libertad de prensa".

Al preguntársele por el fracaso de su intento de derrocar por las armas al Gobierno sandinista, Pastora es tajante. Fracasó porque Estados Unidos le puso "mil obstáculos": "Bloqueó ayudas, desinformó a la opinión pública, las democracias no nos dieron el apoyo, nos ignoraron".

A estas alturas, Pastora está convencido de que "no hay espacio político para la lucha armada, ni espacio militar de ninguna índole".

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