Castro protagoniza un programa de televisión sobre los fallos de la Administración cubana

El presidente de Cuba, Fidel Castro, protagonizó el pasado sábado un inaudito programa en la televisión de su país, de casi seis horas de duración, sobre el alcance de las "desviaciones" y "distorsiones" en la administración de las empresas y de diferentes servicios del Estado.La televisión retransmitió en diferido la mayor parte de las intervenciones realizadas en el curso de un seminario celebrado a puerta cerrada los pasados jueves y viernes. Los 3.200 dirigentes de empresas presentes centraron sus intervenciones en el análisis de los "errores" en la gestión de estas sociedades y en los servicios del Estado.

Castro reaccionó en diversas ocasiones con gestos de sorpresa y exclamaciones de "estupidez", "locura" y "absurdo" ante las autocríticas realizadas por varios participantes en el seminario. Fue el caso, por ejemplo, de la referencia a los maquinistas de los ferrocarriles, que ven incrementado su sueldo mediante el pago de horas extraordinarias... cuando los trenes llegan con retraso, o de una fábrica de piezas electrónicas cuya construcción comenzó hace 10 años y para cuyo término serán necesarios otros 11 años.

Otro de los delegados reconoció la mala calidad de los productos y explicó este fenómeno con la necesidad de cumplir las términos del plan de producción.

Los participantes en el seminario también denunciaron el absentismo, la negligencia, el pago de sueldos por trabajos que no han sido realizados y la tendencia a superar los objetivos del plan de producción para lograr la adjudicación de primas o promociones que perjudican la calidad del producto.

Asimismo fueron objeto de críticas los sueldos "demasiado elevados" existentes en algunas empresas, el exceso de personal administrativo en detrimento del de carácter productivo, y la mala distribución y reparto de las materias primas.

Decenas de ejemplos de mala gestión fueron expuestos a lo largo del programa.

Estas intervenciones suscitaron cada vez preguntas y matizaciones por parte de Fidel Castro, que en diversas ocasiones efectuó gestos de sorpresa, irritación y consternación.