_
_
_
_
Crítica:'BALLET'
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

'Carmen' y los sueños del emir

ENVIADO ESPECIALLa segunda oferta del London ha sido larga y variada. Comenzó con La Bayadera, un ejercicio que permitió a Petipa llegar hasta extremos insospechados con las exigencias a cuerpo de baile y solistas. Incluso una compañía como ésta pasó sus apuros, siempre menores, para mantener una estricta igualdad en las sucesivas voces de arabesque. La versión es exquisita y el vestuario digno de los sueños de un emir. Trinidad Sevillano cumplió todas las exigencias técnicas del papel, pero con cierta rigidez. Un cambio de última hora hizo que el partenaire fuera otro del indicado en el programa, resultando que se pudo ver a Patrick Armand como el príncipe Solor en su mejor momento.

London Festival Ballet

35º Festival Internacional de música y danza de Granada. La Bayadera: Petipa/ Minkus; Carmen: Petit/Bizet; Simphony in C: Balanchine/Bizet. Orquesta acompañante: Karlovy Vary, director: Andrew Mogrelia. 20 y 21 de junio. Generalife. Granada.

Carmen ha sido una revelación no por tardía menos importante. Se agradece que en España podamos ver estas piezas del pasado reciente que ya son historia, aunque a primera vista desconcierten al hacer uso de una estética que la arrasadora movilidad de nuestro tiempo ha dejado atrás. Carmen y El joven y la muerte son las dos obras maestras de la carrera de Roland Petit; con razón éste la incluyó en el filme Un, dos, tres, cuatro, ya en el interés de que perdurara. Filmada a mediados de los años cincuenta (allí bailaba Zizi Jeanmaire, para quien fue creado el ballet en 1948), puede considerarse que entonces quedó registrado el original. El propio coreógrafo ha ido cambiando cosas, pero lo fundamental persiste: ese sentido de la danza y un notable caudal de inventiva, destacándose tres versiones: American Ballet, Marsella y London. Anoche, Dominique Khalfouni se reveló como una Carmen diferente, sensual, libre, de una belleza capaz de imantar a cuantos la rodean; la Khalfouni está en su plenitud, con esas piernas y pies que poseen el don del encantamiento. El dúo de honor fue pasional junto a Peter Schaufuss, que hizo una habanera muy adaptada a los requerimientos de Petit para el papel de don José.

Los diseños de Antoni Clave son un placer para los ojos. Fueron concebidos en aquella época donde imperaba el trazo de Segonzac, y muchos han chocado ahora con el color y las faldas mimetizadas del glamour de Vatou,y Christian Dior, o el torero de agresivas medias amarillas. En todos esos diseños hay una ironía que también está en el tejido coreográfico, llevadas a una exquisitez de modo tal que no choca, no hay españoladas ni atentados traicioneros al folclor. El humor, muy francés y distante, mantiene en la pieza una premonición trágica en los mismos límites de la genialidad creativa. Está claro que de esta Carmen han salido las posteriores.

Cerró la madrugada Simphony in C, una de las obras maestras de Balanchine. Aunque correctos y dando muestras de arrojo, la versión de los bailarines del London no es aún perfecta. Falta a veces esa dinámica que es parte vital del cóctel balanchiniano. A la Sevillano le fue reservado el segundo movimiento, quizá el más difícil en cuanto al tiempo sostenido de danza. Sus puntas respondieron con firmeza y junto a Lucía Truglia fueron las mejores de la pieza.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_