La lucha subterránea de Lugo
Los habitantes de Lugo han estado entretenidos en los últimos meses y preocupados por un tema que les afectaba directamente: la construcción en su ciudad de tres aparcamientos subterráneos. La cuestión no era baladí y por la documentación que ha conseguido recopilar el defensor de los lectores de EL PAÍS, casi todos los grupos sociales lucenses han tomado partido en la polémica.Los representantes de los partidos políticos que forman el Ayuntamiento de dicha ciudad -Coalición Popular, Partido Socialista Obrero Español, Coalición Galega e Independientes- aprobaron en su día, por unanimidad, la ubicación de tres aparcamientos en las plazas de la Constitución, Santo Domingo y Ferrol. Surgieron problemas de todo tipo, pero se centraron principalmente en los daños arqueológicos que podían producir las excavaciones, y que llegaron a la destrucción, al iniciar las obras del aparcamiento de la plaza de la Constitución, de una necrópolis romana al no adoptar ninguna medida cautelar tendente a salvaguardar el patrimonio arqueólogico de una ciudad que ha cumplido hace 10 años su bimilenario y está considerada como la única ciudad romana de Galicia. Denuncias y críticas se iniciaron entonces contra el Ayuntamiento porque las excavadoras no respetaron los restos que aparecían.
La polémica se encendió y el corresponsal de EL PAÍS en Lugo, Ernesto S. Pombo, reflejaba en una crónica del pasado 27 de mayo la opinión en contra de nueve arqueólogos, catedráticos de las universidades de Valladolid y de la Autónoma de Madrid, por la construcción de estos aparcamientos y señalaba: "La autorización de la construcción de los aparcamientos no ha acallado las protestas ciudadanas... ", "a las que se sumaron los partidos políticos, asociaciones de vecinos, profesionales, ecologistas y culturales".
El alcalde de Lugo, Vicente Quiroga Rodríguez, no está de acuerdo con dicha información y señala en una comunicación escrita: "Están a favor [de los aparcamientos] la Confederación de Empresarios de Lugo, la Cámara de Comercio, Industria y Navegación, la Cámara Oficial de la Propiedad Urbana, la Asociación Provincial de Empresarios de la Construcción, La Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería y la inmensa mayoría del pueblo de Lugo". Y para abundar en sus tesis nos remite copia del acta notarial de cuando se produjo "el mayor acto colectivo de protesta contra los aparcamientos". El notario César Gutiérrez Herrero refleja: "El número de personas que llega a concurrir y manifestarse viene a ser de 75, aproximadamente". El alcalde nos subraya que la población de] municipio es de casi 98.000 habitantes.
La base de la información del corresponsal de EL PAÍS, según nos remite, son reiteradas pruebas por escrito y manifestaciones públicas de organizaciones y partidos políticos, entre los que él destaca: Adelpha, Adega, Movimiento Ecologista Radical, Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia, PSIG-EG, BNG, PCG, Asociación Lucense de Viudas y otros colectivos ciudadanos que tienen interpuestos recursos ante las Audiencias Territorial y Nacional. Protestas a las que se han unido, por citar algunas, la Comisión Técnica Superior de Arqueología de Galicia y la junta de gobierno de la facultad de Geografía e Historia de la universidad de Santiago de Compostela. El tema también ha sido objeto de interpelaciones y preguntas en el Parlamento de Galicia y de comunicaciones a organizaciones internacionales, entre ellas la Unesco.
El ombudsman, en este caso, ha recurrido a los expertos que pueden aclarar lo ocurrido en la plaza de la Constitución y las medidas adoptadas para los dos aparcamientos siguientes y ha localizado a Felipe Arias, arqueólogo, especialista sobre Lugo, quien reconoce que los fallos ocurridos en el primer aparcamiento ya no tiene solución, y señala que en la actualidad las máquinas han sido sustituidas por la excavación en área a mano completa para que no vuelva a ocurrir ningún desmán. En el mismo sentido se expresa Raquél Casado, arqueóloga y directora general de Cultura y Patrimonio Histórico Artístico de la Xunta de Galicia, que reconoce el error cometido en la plaza de la Constitución y señala que el problema arqueológico puede estar unido a otros temas, en los que ella no quiere participar. Quita importancia a lo ocurrido en la primera construccción y añade que las obras actualmente en curso se están realizando correctamente con la excavación en área que permitirá conservar los hallazgos romanos de valor arqueológico. Asimismo, se expresa un experto municipal, que prefiere que no aparezca su nombre por haber tenido algún problema con esta cuestión: "El primer tema es lamentablemente irreversible y no se reflexionó a tiempo cuando era posible hacer algo. De un tema urbanístico se pasó al arqueológico, que creo está ya en vías de solución".Apostillas a '1916'
El artículo del pasado 8 de junio, escrito por el presidente de honor de PRISA (empresa editora de este diario), José Ortega Spottorno, titulado 1916, ha sido concienzudamente investigado en fechas y personajes por un lector, Armando López Carrasco, que casi a diario envía al ombudsman sus investigaciones sobre posibles errores que encuentra en las páginas de EL PAÍS. En esta ocasión le sorprende que el articulista resalte la figura del general francés Nivelle como "el verdadero héroe de Verdún y que obligase a los alemanes a renunciar a su empeño". Para López Carrasco "esto no es cierto. En 1916, cuando la ofensiva de los alemanes sobre Verdún, se confió a Pétain la defensa de esta plaza, que mantuvo desde febrero hasta mayo de dicho año, fecha en que fue nombrado jefe del Grupo de Ejércitos del Centro de Francia". Ortega Spottorno quiere aclarar este tema y nos contesta: "El mérito de Pétain fue detener la ofensiva alemana, ordenar el frente, poner serenidad en sus batallones y establecer un método ofensivo cada vez más eficaz. Pero la batalla seguía y Pétain era ya jefe del Cuerpo del Ejército del Centro y pasó el mando directo del Segundo Ejército al general Nivelle", y Ortega señala más tarde, después de aclarar que gracias a Nivelle los alemanes renunciaron a su empeño en Verdún: "La presencia de Nivelle fue más personal, muchas veces en primera línea, junto a sus soldados, y eso me parece más heroico que el heroísmo, indudable también, del tozudo y mas técnico general Pétain". Estos datos se recogen en La guerre du droit, de Emile Hinzelin, publicado en 1915.
López Carrasco advierte sobre otro tema del artículo donde se afirma: "Se combatía en todos los frentes y en el mar se daba la batalla de Jutlandia, favorable a la Marina inglesa". El lector insiste en que, según. los datos por él consultados, "aunque fueran los barcos alemanes los que primeramente tuvieran que volver a sus bases, los ingleses sufrieron mayores pérdidas". El servicio de documentación del periódico nos pasa la siguiente nota: "De resultado incierto desde el punto de vista de las pérdidas (seis cruceros y ocho torpedos ingleses perdidos; un acorazado, cinco cruceros y cinco torpedos alemanes), constituyó una victoria británica, pues obligó a la Marina alemana a renunciar a salir de sus fuertes", según el Diccionario Enciclopédico de Historia de Michel Mourse.
El comunicante tiene razón al citar la fecha sobre el reinado del emperador Francisco José. El emperador reinó desde 1848 hasta 1916, es decir, 68 años, y no 51, como se señalaba en el artículo 1916. Tampoco fue en 1916 cuando Griffith y Chaplin como deja constancia el autor, producían sus primeras películas. Las primeras películas de Chaplin como actor y director son de 1914, y las de Griffith de 1913. Ortega consultó el Dicccionario Biográfico del Cine, de D. Thomson, que ofrece estos datos, y señala que su información está recogida de la cronología The Timetables of History, publicada en 1975 por la editorial británica Themes and Hudson, bajo la supervisión de Bernard Grun.
Parece claro que el autor del artículo, nuestro comunicante y el propio servicio de documentación de EL PAÍS manejan libros de estudiosos, manuales, diccionarios y enciclopedias cuyos autores no siempre están tampoco de acuerdo.
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