Marruecos opta por Portugal para su primera demostración cultural en la Península

Marruecos ha preferido Portugal a España para realizar su primera demostración cultural en la península Ibérica. La razón no es política, sino de sensibilidad, y tal vez de orgullo: los marroquíes han encontrado en el Gobierno de Portugal facilidades, comprensión y también la disposición de un país que ha abierto sus puertas a la peculiar y atractiva cultura magrebí, todo lo contrario a la Administración española, "pasiva y nada receptiva a lo que se hace en el otro lado del Estrecho", según fuentes oficiales de Rabat

Estas jornadas suponen un gran esfuerzo para el Gobierno de este país norteafricano y han sido preparadas con mimo e ilusión porque -aparte de coincidir con el año de la cultura y ser probablemente su principal manifestación exterior-, constituyen un decidido paso en las pretensiones marroquíes de trasladar su rica cultura fuera de sus fronteras, en este caso a un país de Europa y también vecino. Lo deseable hubiera sido España, pero el desánimo hacia el Gobierno de Madrid -que organiza actos culturales en Marruecos y cobra las entradas- es grande aquí en Rabat, donde se llega a la conclusión de que la Administración española no presta la más mínima atención por lo genuino de su vecino país del Sur.Hay datos y argumentos para ello que los marroquíes no olvidan. Y entre los más sonados citan el escaso interés demostrado hacia este país del norte de África por el ministro Javier Solana durante sus cuatro años de mandato. Cuentan que el ministro de Asuntos Culturales marroquí, Mohamed Benaissa, invitó a su colega Solana, en agosto del pasado año, a viajar de forma oficial a este país para asistir a la Universidad Marruecos-Iberoamérica, que se celebró en Arcila (norte del país). "Solana tardó, en responder a la invitación y cuando lo hizo fue para excusarse y, además, tarde", aseguraron las fuentes consultadas.

Herida

Curiosamente, el ministro Benaissa es uno de los escasos hispanéfonos del Gobierno de este país. Voces de la Embajada de España en Rabat le tachan de "antiespañol", pero, sin embargo, Benaissa, que pasa sus vacaciones en la Costa del Sol, es un hombre que conoce bien España y su cultura y, además, es amigo personal de pintores, intelectuales y políticos, como son los casos de Antonio Saura, el escritor Antonio Gala y el ex presidente del Gobierno español Adolfo Suárez.Uno de los asuntos que más hirió la sensibilidad de la administración cultural marroquí fue que, al ser nombrado Benaissa para el cargo en marzo de 1985, ni siquiera su colega español le felicitó, cuando es práctica, y tal vez norma, del protocolo marroquí este tipo de intercambio de detalles, "simplemente de cortesía", con los países vecinos o amigos. Recientemente, ocurrió con el nombramiento del nuevo ministro de Cultura francés, François Leotard, que fue felicitado por Rabat e inmediatamente invitado a viajar oficialmente al país.

Marruecos montará en Portugal varias exposiciones de pintura, entre ellas la de 16 artistas contemporáneos que abarcan prácticamente todos los géneros de vanguardia y del arte original marroquí, como son Fuad Bellamine, Farid Belkahia, Karim Bennani, Mustafá Bujemaui, Mohamed Chebaa, Saad Cheffaj, Mohamed Melehi, Abdelkebir Rabi y Hucine Talal, entre otros. También desplazará a las orquestas de Rabat y Uxda, que ofrecerán conciertos de música andaluza y garnatí, respectivamente, en las tres capitales.

La artesanía, en todas sus expresiones, estará también presente en Portugal y han sido programadas diversas muestras de arte tradicional, lo que los marroquíes conciben como "la garantía de una continuidad cultural, pero también una solución económica y social". Para ello han sido organizadas diversas muestras de artes tradicionales.