El triunfo de Waldheim debilita al Gobierno socialista en Austria
Kurt Waldheim fue elegido ayer jefe del Estado por la mayoría absoluta de los austriacos. Con el 53,9% de los votos, Waldheim logró un rotundo triunfo sobre su rival, el socialista Kurt Steyrier, que recibió el 46,1%. El resultado confirmó las previsiones de los sondeos que daban a Waldheim una amplia ventaja sobre el candidato socialista, debida en gran parte a los ataques de que fue objeto desde el exterior el ex secretario general de la ONU. Sin embargo, es significativo del enrarecido clima internacional en el que se recibe el resultado, el hecho de que ningún país occidental hasta el momento, haya felicitado a Waldheim.
La segunda vuelta ole las elecciones a la presidencia de Austria se hizo necesaria porque en la primera ronda, celebrada el 4 de mayo, ninguno de los candidatos logró la mayoría absoluta. Ya entonces Waldheim consiguió una ventaja de seis puntos sobre su rival y rozó la mayoría absoluta, con el 49,7% de los votos. Ayer acudió a las urnas el 87,3%. de los austríacos con derecho a voto, un 3% menos que el cuatro de mayo.El resultado supone una gravísima derrota para el Partido Socialista (SPOE). Aunque el canciller federal, Fred Sinowatz, no presentó ayer su dimisión como algunas fuentes preveían, y manifestó su intención de trabajar "con optimismo" ante las elecciones generales previstas para la primavera, no se excluye que ofrezca hoy su renuncia como jefe del Partido Socialista y que los comicios se adelanten. La victoria de Waldheim debilita al Gobierno socialista-liberal, que gobierna desde 1982, y refuerza las tendencias en el Partido Socialista que piden la coalición con los conservadores o el paso a la oposición.
La reacción internacional ha oscilado entre la crítica de fuerzas políticas mayoritariamente de izquierda y el fragoroso silencio de la práctica totalidad de los Gobiernos. Simon Wiesenthal, el cazador de nazis judío residente, en Viena, afirmó ayer que la gran derrotada ha sido la comunidad mundial judía y los judíos austriacos en particular, por el antisemitismo que ha desencadenado en Austria la polémica. Paralelamente, Israel deploró anoche el triunfo de Waldheim.
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Reacciones en Viena
La campaña contra el pasado nazi de Waldheim ha favorecido su elección como presidente de Austria
Ante la sede del Partido Popular, junto a la ópera de Viena iluminada para la recepción del triunfador, las bandas de música entonaban el himno austriaco y la marcha de Radetzky. Miembros de una organización de estudiantes partidarios de Waldheim entonaban Los Nibelungos. La presencia de policía uniformada y secreta era muy numerosa, debido a rumores sobre posibles manifestaciónes de protesta contra Waldheim, que no se produjeron.A pocos metros, un grupo de intelectuales que había acudido a ver el espectáculo de los conservadores celebrando su primera victoria en las últimas dos décadas no disimulaba su desolación.
Según uno de ellos, Goerg Hoffmann-Ostenhof, uno de los más lúcidos analistas políticos de la izquierda austriaca, "esto es una tragedia histórica; no es un simple giro a la derecha como el habido en la República Federal de Alemania hace años o en otros países, es la rehabilitacion y victoria del chovinismo, del antisemitismo y del más profundo de los provincianismos latentes en el país".
El célebre cazanazis Simon Wiesenthal manifestó que aquéllos que intentaron desde el exterior influir en la actitud del electorado son responsables de la victoria de Waldheim; y pidió que la polémica en tomo al pasado de éste quede cerrada definitivamente a no ser que el Gobierno yugoslavo cuente con pruebas que demuestren claramente la implicación del nuevo jefe del Estado en actos criminales entre 1942 y 1945.
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