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El embajador de Libia abandona España con su familia

Ahmed Mohamed Nakaa, máximo representante diplomático libio en España, salió ayer de Madrid con destino a Trípoli, junto con su familia, en un avión de Iberia. Desde hace una semana, el Ministerio de Asuntos Exteriores español negociaba con Tripolí la retirada de Nakaa, embajador en funciones, en un intento de evitar medidas más severas que pudieran conducir a la ruptura de relaciones. Nakaa fue acusado por un dirigente de la organización terrorista La Llamada de Jesucristo de financiar atentados antijudíos y antinorteamericanos.

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Según las declaraciones del libanés Faisal Hanna Joudi, dirigente de La Llamada de Jesucristo, el diplomático libic, entregó a la citada organización 70.000 dólares (unos 10 millones de pesetas) para la financiación de sus actividades contra objetivos norteamericanos y judíos en Madrid y Lisboa.Tras estas acusaciones, el Ministerio de Asuntos Exteriores español adoptó la resolución de solicitar al Gobierno de Muammar el Gaddafi la retirada del embajador, según explicaron en los últimos días altos cargos del Ministerio de Exteriores.

El artículo 9 de los Acuerdos Internacionales de la Convención de Viena desarrolla la posibilidad de que el Estado receptor (España, en este caso) solicite al Estado acreditante (Libia) la retirada del embajador, sin necesidad de exponer los motivos. Acogiéndose a esta norma, Libia puede enviar en los próximos días un nuevo diplomático a su oficina popular (embajada) en Madrid, donde actualmente están acreditados dos diplomáticos y 14,administrativos.

Hasta el nombramiento del sustituto del embajador, el diplomático Mohamed Arhoma será el responsable de la delegación libia en Madrid. Arhoma está acreditado en España desde el 1 de enero de este año, según consta en los archivos de Asuntos Exteriores, donde aparece como miembro de la oficina popular y encargado de asuntos consulares.

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En los primeros momentos del conflicto, Asuntos Exteriores explicó que se atendría al veredicto del juez que instruye el caso. Sin embargo, antes de que Carlos Dívar, titular del Juzgado número 4 de la Audiencia Nacional, diera a conocer su veredicto sobre la supuesta veracidad de las acusaciones, el embajador ha salido de forma discreta, tal y como proyectaba el Grobierno.

Sin embargo, la Embajada libia justifica la salida de Nakaa "por considerar que ha concluido su trabajo en España y estimar que la campaña de intoxicación contra él le impide seguir sus trabajos para fomentar las relaciones entre los dos pueblos". El hecho de que Nakaa no haya esperado al veredicto del juez ha contribuido a evitar un mayor deterioro de las relaciones hispano-libias, explicaron fuentes diplomáticas.

En caso de que el juez considerara responsable de las acusaciones a Ahmed Mohamed Nakaa, el Gobierno se había comprometido a expulsar al representante oficial libio de manera inmediata.

Hasta el momento, el Gobierno ha ejecutado las órdenes de expulsión de ciudadanos libios al margen de cualquier procedimiento judicial. Sin embargo, el hecho de que Nakaa fuera el máximo representante de la misión diplomática, así como que su expulsión comportaba la ruptura de equilibrio de personal acreditado en Madrid y Trípoli y, en consecuencia, una ruptura de relaciones, obligaron al Ministerio de Asuntos, Exteriores a desplegar "la máquina de la prudencia" para conseguir una solución "discreta y delicada", explicaron fuentes diplomáticas.

Acusaciones silenciadas

El Ministerio de Asuntos Exteriores silenció las acusaciones que pesaban sobre Nakaa hasta que el pasado 18 de mayo este diario publicó la noticia. Sin embargo, según pudo comprobar este periódico, Exteriores tenía en su poder desde el día 9 de Mayo un informe policial en el que se detallaban las actividades de Nakaa en España. El temor a la ruptura de relaciones condicionó a partir de ese momento las declaraciones de los representantes oficiales de este ministerio.

El diplomático estaba considerado en círculos diplomáticos como un "testaferro", un hombre sin decisión.

Ahmed Mohamed Nakaa tenía desde hace seis años el cargo de encargado de negocios de la Embajada. Hace dos años se convirtió en el número uno, al abandonar España el embajador, Ahmed Tadid.

Con la salida de Nakaa son ya tres los diplomáticos libios que han abandonado_ España en los últimos dos meses (dos de ellos expulsados por el Gobierno), además de 10 estudiantes y profesores de la misma nacionalidad.

Quince días después del ataque norteamericano a Trípoli y Bengasi, España, de acuerdo con la Comunidad Europea, redujo la presencia libia expulsando a 11 ciudadanos de dicho país.

El pasado 9 de mayo, el Gobierno español expulsó a un diplomático libio por su presunta implicación en las actividades involucionistas del coronel Carlos de Meer. En respuesta a esta decisión, el Gobierno de Trípoli expulsó a 40 trabajadores y a dos diplomáticos españoles, uno de ellos colaborador del Centro Superior de Información para la Defensa (CESID).

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