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Crítica:'JAZZ'
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La fuerza de las raíces

Está entre las costumbres del público, del San Juan Evangelista dedicar aplausos de bienvenida que duran minutos a músicos que acaban de aparecer por primera vez en el escenario.A veces se aplaude el aspecto imponente de los visitantes o la vistosidad de sus ternos, pero siempre se indica que el público está dispuesto a rendir cualquier tributo. No siempre sale bien. Hay músicos que se despeñan en el aplauso inmediato.

Otros, en el entusiasmo, descubren la zona española de su alma y despachan alguna escala flamenca desde la atmósfera del Tijuana moods, de Mingus, u otras referencias en el tono de las seriales policiales de frontera. Incluso los hay que jalean las malas palmas que se suelen dar. Pero, es más común el calor llegue al escenario y los músicos den lo mejor de sí mismos. El San Juan Evangelista establece una intensa relación emotiva entre músicos y aficionados.

Concierto de espirituales negros

Jubilee Singers. Colegio mayor San Juan Evangelista. Madrid, 24 de mayo.

Así sucedió el pasado sábado en el Concierto de espirituales negros de Jubilee Singers, formación de seis voces y piano, cuadro mayor de solistas de la ópera de Harlem. Jubilee Spirituals no es una formación de barrio nacida al calor del verbo encendido del pastor del distrito. Se trata de músicos de profunda formación, que simultanean sus actuaciones como grupo de espirituales con sus comparecencias en el mundo de la ópera.

Juego de voces

Sobre el escenario del San Juan, una sólida formación vocal hizo restallar el lamento de las viejas raíces, los espirituales negros, y volvimos a reconstruir cómo fue en los barracones de predicación donde nació el latido que daría ritmo a nuestro siglo.Bajo la dirección del increíble barítono Emory Taylor, el juego de voces cubría un arco de registros que a veces parecía llegar al infinito. De las viejas canciones de esclavitud (era la iglesia el único lugar donde se obraba a partir del propio latido, donde renacían Changó y Obatalá, los dioses yorubas, donde el esclavo se recuperaba a sí mismo, cantando) nacían las notas del blues, las frases de James Brown, los riffs de la Orquesta de Count Basie. En el origen, se descubrían todas las variaciones posteriores.

Dúos, tríos, un percusivo y a veces también persuasivo pianista, recorrían un repertorio de espirituales conocidos, jaleados por un público iluminado y mejorado en sus palmas. Ya en la segunda parte se abandonó el programa y se siguió, hasta la extenuación, frente a un público que coreaba en pie.

Un concierto que convocó a un público predominantemente universitario y que hubiera hecho vibrar a los amantes de cualquier música. La voz de la soprano Geanie Faulkner es uno de esos hechos objetivos -por la zona dela maravilla- que uno debe atestiguar. Luego se nota en la sensibilidad cotidiana hacia la noche.

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