Exteriores "no tiene postura oficial" sobre el incidente de dos pesqueros españoles con una patrullera canadiense

Un portavoz de la Oficina de Información Diplomática (OID) afirmó ayer que el Ministerio de, Asuntos Exteriores "no tiene una postura oficial" sobre el grave incidente surgido el pasado fin de semana en aguas internacionales en el archipiélago de las Azores, donde una patrullera canadiense obligó a dos pesqueros gallegos a poner rumbo a Canadá por supuestas irregularidades cometidas por los barcos españoles. El embajador canadiense en España, Daniel Molgat, fue convocado ayer al Ministerio de Asuntos Exteriores, donde informó de la versión oficial del Gobierno de Canadá.Molgat se entrevistó con Carlos Blasco, director general de Relaciones Económicas de Asuntos Exteriores. En el encuentro, según la OID, el diplomático canadiense relató que, de acuerdo con las informaciones suministradas desde Canadá, los barcos bacaladeros españoles Julio Molina y Amelia Meirama habían pescado dentro de la zona económica exclusiva de Canadá, es decir, dentro del límite de las 200 millas.

Detectada la supuesta irregularidad, dos funcionarios canadienses del departamento de pesca se acercaron en lanchas a cada uno de los buques, a los que subieron porque, según la versión de los pescadores, los españoles creyeron que se trataba de inspectores de la Organización Pesquera del Atlántico Norte (NAFO), a la que pertenece España. Los funcionarios pidieron a los responsables de los buques que les firmaran un documento en el que se aseguraba que los barcos habían estado faenando dentro del límite de las 200 millas, si bien en ese momento ya se encontraban fuera de las mismas, según la empresa Pesquerías Correa, propietaria de los barcos.

Al descubrir que se trataba de funcionarios canadienses, los responsables de los pesqueros pidieron a los cuatro inspectores que abandonaran los bacaladeros, lo que no hicieron, a pesar de que los barcos españoles pusieron rumbo a España. La patrullera de Canadá Captain Roger inició entonces la persecución de aquéllos, a los que dio alcance cerca de las Azores, a más de 700 millas de la costa canadiense. La patrullera obligó a los pesqueros a dirigirse a Canada, donde son esperados hoy, y posteriormente se unieron al grupo otros buques de guerra para evitar que algunos pesqueros españoles intentaran interceptar el camino de la Captain Roger hacia el puerto de Saint John.

"Acción ilegal"

Desde La Coruña, Xosé Manuel Pereiro informa que un representante de Pesquerías Correa calificó ayer el incidente de "acción ilegal en aguas internacionales contra barcos de pabellón español". Los canadienses han argumentado que la acción de la patrullera consistió en una persecución caliente, así denominada la que se produce en aguas internacionales tras haber sorprendido a un barco pescando ilegalmente en aguas nacionales. Para las autoridades españolas, el problema legal puede ser "una cuestión de interpretación".Desde Bruselas, Andrés Ortega informa que, frente a la tesis mantenida por algunas autoridades españolas, según las cuales el problema hay que tratarlo en el marco de la Comunidad Europea (CE), a mediodía de ayer aún no se había planteado la cuestión a la Comisión Europea, a pesar de que el propio ministro español de Agricultura y Pesca, Carlos Romero, se encontraba ayer en la capital belga.

De 1976 a 1981, España y Canadá mantuvieron en vigor un acuerdo pesquero para que barcos españoles pudieran faenar en aguas canadienses, pero no fue renovado a partir de ese último año.