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EE UU cree que la reducción de sus tropas será más fácil si España no descarta la integración militar en la Alianza

Francisco G. Basterra

Estados Unidos confía en el pragmatismo del presidente español, Felipe González, y en que España no cierre definitivamente la puerta a una futura integración plena en la estructura militar integrada de la OTAN, dijeron a EL PAÍS fuentes gubernamentales estadounidenses antes de la entrevista que hoy mantendrán en, Washington el secretario de Estado norteamericano, George Shultz, y el ministro de Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez. Estas dos premisas favorecerán la negociación para reducir la presencia militar estadounidense en España, añadieron las citadas fuentes. "Las negociaciones serán duras, pero hay un amplio margen de maniobra, y existe una voluntad norteamericana de mantener la relación bilateral defensiva con España, explicaron funcionarios del Pentágono y del Departamento de Estado.

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Washington entiende que debe ser España la que, el próximo 10 de julio, en la primera sesión negociadora formal, presente su postura mostrando sus papeles, ya que ha sido Madrid el que ha solicitado la reducción, explicaron fuentes militares de EE UU. "Esperemos que nos digan qué papel y qué funciones están dispuestas a asumir las Fuerzas Armadas españolas, en las misiones de defensa de Occidente que ahora realizan los militares norteamericanos desde las bases", añadieron los medios consultados por este periódico. Asimismo, reconocieron que "para las dos partes es difícil dar el primer Paso".Existen diferencias de interpretación sobre cuál debe ser el alcance de la prirnera reunión negociadora. Se confía en que los dos ministros de Exteriores logren hoy un acuerdo de principio que clarifique el proceso.

España es actualmente el aliado más sólido de EE UU en el flanco sur de la OTAN, y la negociación sobre las bases ofrece muchos menos problemas que las discusiones con Grecia o Turquía sobre el mismo asunto. El éxito del referéndum sobre la OTAN asombró a la Administración de Ronald Reagan, y ha servido a González para aumentar su crédito en Washington. "En la cuestión de las bases, González tiene tanta justificación para adoptar una fuerte retórica frente a EE UU como Andreas Papandreu [primer ministro griego], pero ha mostrado una gran delicadeza en las relaciones con Washington", explicó una fuente del Departamento de Estado.

Conducir a la opinión

"González", añadió, "ha conducido a la opinión, y Papandreu va a remolque, y esto se valora aquí". La relación bilateral entra en una nueva fase tras la confirmación de la presencia de España en la OTAN, un seguro segundo mandato para los socialistas y la llegada de un nuevo embajador norteamericano a Madrid. Más que por la cuestión de las bases, los problemas con España pueden producirse por asuntos de proteccionismo economico y agrícola, estiman fuentes diplomáticas norteamericanas.

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EE UU quiere saber ahora cuál será la definitiva ubicación de España en la estructura militar de la Alianza Atlántica, y así se lo hicieron ver hace unos días en Washington a Eduardo Serra, secretario de Estado de Defensa, sus interlocutores del Pentágono, Departamento de Estado y Congreso. "Nosotros deseamos una integración plena. La modernización del Ejército español pasa por ello. No hemos sido tímidos al decirlo, pero nadie va a presionar a España", explicó un funcionario del Departamento de Estado experto en asuntos europeos. "El problema para España", añadió, "es cómo definir en una forma operacional la no integración militar. Va a ser un experimento fascinante". Las soluciones prácticas que se vayan dando a esta cuestión influirán en la negociación sobre las bases.

La posición de partida oficiosa española, tal como ha sido filtrada a la Prensa (sustitución de los norteamericanos en Torrejón y reducciones en alguna otra base -Zaragoza o Morón-, con disminución de efectivos en instalaciones secundarias), "es muy amplia, pero representa un interesante punto de partida", comentó una fuente del Pentágono.

Al parecer, lo que quiere España es "una solución a la noruega", en la que no se desmantela ninguna base y se retiran las fuerzas y los aviones, que sólo regresarían en tiempos de crisis, explicó un militar de EE UU. Preguntado cuál sería su respuesta si recibieran una petición así, dijo: "Podríamos decir gracias, recoger los papeles y prometer estudiarlos.

Para EE UU, lo mismo que para las Fuerzas Armadas españolas, la base aeronaval de Rota es intocable. Torrejón, con dos escuadrones de caza norteamericanos, es negociable, aunque se resalta que España, al no estar integrada en la estructura militar de la OTAN, no podrá cumplir la función que estos aviones realizarían en caso de guerra: su adelantamiento al frente centroeuropeo. Morón es una instalación de interés secundario para EE UU, y Zaragoza resulta muy importante, ya que, sin contar los aviones de otros países de la OTAN, sirve para entrenar al 26% de todos los aviones norteamericanos en Europa. Su cierre para los aparatos estadounidenses provocaría probablemente que Washington solicitara otra base de tiro para sus fuerzas aéreas en un punto desértico al sur de España.

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