La Comisión Europea presenta su plan para liberalizar el movimiento de capitales

La Comisión Europea descubrió ayer su plan para una liberalización total, en dos etapas y en el horizonte del año 1992, del movimiento de capitales en la CE. Jacques Delors, presidente de la Comisión, considera que esta liberalización no puede hacer caso omiso de las diversas realidades económicas de los doce.

Delors planteó el plan dentro del tríptico de la creación del gran mercado en la CE, el desarrollo de una política de cohesión y solidaridad económica entre los Estados y las regiones, y la cooperación monetaria. Todos estos, elementos se utlizarían para paliar los efectos de la liberalización del movimiento de capitales en los países con dificultades, como España.En principio, la liberalización en la CE es total para las inversiones directas, inmobiliarias, movimientos de capitales personales, créditos comerciales a corto y medio plazo, pagos de seguros y de servicios (lista A) y, adquisición de títulos negociados en bolsa (lista B). Otras operaciones incluidas en la lista C (adquisición de títulos no cotizados en bolsa y créditos comerciales a largo plazo) sólo eran objeto de una liberalización muy limitada.

La Comisión ha autorizado desde entonces la aplicación de medidas de salvaguardia en algunos países, como Francia Italia, Irlanda y Grecia. España y Portugal tienen su propio régimen de adaptación. España dispone hasta finales de 1983 para liberalizar los movimientos (con algunas excepciones) de la lista B y parte de la lista A, y cuenta de plazo hasta 1990 para el resto de las operaciones.

La Comisión hará en junio propuestas para suprimir las excepciones francesas y modificar las italianas. La primera etapa del proceso, que comenzará en unos meses y será discutido por los ministros de Economía de los doce, liberalizará en toda la CE las operaciones de capitales más necesarias para el buen funcionamiento del Mercado Común. Progresivamente se eliminarían las excepciones nacionales y se liberalizarían la adquisición y emisión de títulos financieros.

En la segunda etapa, más ambiciosa, se liberalizarían todos los flujos monetarios y financieros, incluidas las operaciones bancarias y financieras. Los particulares podrían abrir cuentas en cualquier moneda y país de la CE, así como usar libremente tarjetas de crédito y eurocheques. Asimismo, los créditos a particulares -como el hipotecario- se abrirían.