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ALARMA NUCLEAR

La descoordinación hace más díficil descontaminar Chernobil

Pilar Bonet

Las autoridades soviéticas tenían ayer ante sí la difícil tarea de compaginar las operaciones de descontaminación de la central nuclear de Chernobil y sus alrededores, neutralizar el reactor averiado, impedir la salida de radiactividad fuera del área de emergencia y vigilar la salud de la población evacuada y quienes participan en los trabajos para poner fin al accidente. Problemas de descoordinación afectaban a los servicios sanitarios, en los que trabajaba un equipo de 13% médicos, y habían sido examinadas aproximadamente 100.000 personas, según explicaba ayer el periódico Sovietskaia Rossia.

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Un proceso lento y costoso

Los médicos no sólo debían realizar análisis de sangre, revisiones y mediciones de radiactividad, sino también controlar el medio ambiente y el agua potable.Los depósitos de agua que atienden a la ciudad de Kiev no habían registrado aumentos de radiactividad, los mercados y tiendas del Estado eran sometidos a severos controles y la leche pasaba por dos inspecciones una en el lugar de producción y otrá en el lugar de venta. En las zonas de acceso a la ciudad de Kiev se habían instalado puntos de control de la radiactividad, según el periódico.

El vicejefe del servicio sanitario de la república de Ucrania, V. Vetchinin, se quejaba, sin embargo, de la existencia de "problemas aislados"; a saber, la falta de equipo médico moderno y descoordinación de los servicios sanitarios, ya que tanto el Ministerio de Comunicaciones, el Ministerio de Aviación Civil, el Ministerio de Comercio y el superministerio de Agricultura, el denominado Gosagroprom, tienen sus propios servicios. En opinión de Vetchinin, todos estos departamentos debían subordinarse al Ministerio de Salud de la Unión Soviética para que su "interación sea efectiva".

Diques en las riberas

El órgano del Ejército, Krasnaia Zvezda, relataba los trabajos de unidades de ingenieros-zapadores que construían diques sobre las riberas del río Pripiat con objeto de impedir que las aguas contaminadas descendieran hasta él y con ello hasta el mar de Kiev, el depósito de agua potable de la ciudad.Krasnia Zvezda, que señalaba las dificultades para mantener en su sitio 161 diques, dejaba constancia de la presencia de veteranos de la guerra de Afganistán -incluso condecorados- entre los dirigentes de las unidades de acción.

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De distintos países de Europa occidental y de EE UU ha llegado equipo técnico para combatir el accidente. Del Reino Unido se han suministrado trajes de protección contra la radiactividad, de la República Federal de Alemania vehículos teledirigidos, de Francia un sistema químico para recubrir el suelo con una película contra la contaminación. De Estados Unidos llegó el médico Robert Gale, especialista en trasplantes de médula ósea, que hoy hablará ante la Prensa en Moscú.En la capital soviética se encuentra también Armand Hammer, el financiero estadounidense que, gracias a sus contactos personales con dirigentes del Kremlin, hizo posible la llegada de Gale.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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