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Montserrat Caballé: "Camino por donde la música me lleva"

Andrés Fernández Rubio

La soprano catalana Montserrat Caballé (Barcelona, 1933) actuó anoche en la ópera La walquiria, de Richard Wagner, dentro de la temporada del teatro de la Zarzuela de Madrid. La cantante representa por primera vez el personaje de Sieglinde en esta obra, aunque una vez lo cantó en versión de concierto. A sus 53 años, cuando los críticos todavía la llaman la divísima y su agenda está plagada de contratos, asegura: "No es la experiencia, sino la música lo que me hace vibrar. Sólo camino por donde la música me lleva".

, .Los comentarios que despiertan los grandes divos se vuelven ahora a favor o en contra de Montserrat Caballé. Todo son interrogaciones sobre su trabajo en este papel, rodeada de famosos wagnerianos como Siegfried Jerusalem, Hans Sotin o Johanna Meier. Del preensayo general Caballé había salido del escenario radiante. Anoche, la cantante añadió un nuevo triunfo clamoroso a su lista, en un concierto que terminó a las 12.15 tras largos aplausos y bravos. Todo encajó en la producción más cara de la temporada del teatro de la Zarzuela: unos 55 millones de pesetas.Da gusto oír a la cantante, sentada en su camerino con ese aire de ama de casa que acaba de poner un pastel en el horno, explicar su personaje, Sieglinde, que es una joven devorada por la pasión incestuosa. "Sieglindees al principio de la obra", dice, "un ser triste, solitario y sometido, con ningún recuerdo bello ni esperanza de algo mejor. La llegada de su hermano cambia totalmente su perspectiva, y de ahí, por primera vez, nace un sentimiento. Sus primeras miradas son de hermandad, no de pasión; son momentos sublimes. Luego, la música se introduce en el camino más terrenal de la pasión y ella siente de -pronto el deseo. Él, Sigmund, un marginado total, un desecho, encuentra esa mirada y la pasión que surge:el; como la ilusión desbordada de un milagro que invade el pensamiento de ambos y los ilumina por dentro a través de palabras de increíble belleza".

Montserrat Caballé habla de lo maravilloso que es su papel y recuerda lo que Visconti decía cuando alguien se enfrenta a un personaje de melodrama operístico. "Hay que caminar por donde la música te lleva",, asegura; "caminar con ella y lograr esa expresividad inmóvil que es una de las características de Wagner".

La más popular

La soprano acaba de ser elegida como la cantante de ópera más popular de Estados Unidos y cuenta con humildad las irrepresiones que le produjo haber recibido este premio en Nueva York, en una recepción a la que asistían personalidades del mundo de la música como el violinista Isitac Stern o el director de orquesta indio Zubin Melita."Me dio como un poco de vergüenza", dice, "porque creo, que se da demasiada importancia a las cosas que una hace, sobre todo cuando no se tiene consciencia de ellas, ya que se realizan porque se aman. Yo le expresé este sentimiento a Zubin Mehta y él me dijo: 'Estoy muy orgulloso de que te hayan concedido esta distinción. Escóndete si quieres debajo de lit mesa, pero, por favor, continúa siendo la que eres. Se nota en Montserrat Caballé el amor por los pequeños detalles. Mientras está contando lo anterior, aprovecha para hacer un inciso y decir que, "por cierto, en la fiesta, Nancy, la mujer de Melita, estaba espléndida y llevaba un sari precioso".Caballé lleva más; de 25 años dedicándose a cantar y levantar entusiasmos tales que una vez, en Nueva York, tuvo que salir a saludar 30 veces. No está cansada y considera fundamental no perder la ilusión. La representación de una ópera no le cansa más que un recital. "En los conciertos la gente quiere de mí tres o cuatro arias de bel canto, de Verdi o Puccini, y esto es muy difícil. Por eso ahora, que me han pedido un programa con piezas de Brahms, Liszt y Hugo Wolf, intensas en lo musical, pero no demasiado complicadas vocalmente, para mí es como ir de vacaciones".La cantante se encuentra actualmente muy ilusionada porque está pensando crear en España unas clases para intérpretes jóvenes con futuro, en las que intervendrían artistas importantes que, según dice, ya han dado su aprobación al proyecto.

Actividades de mecenazgo musical van a ocuparla cuando dentro de algunos años se aleje de los escenarios. "Lo que no haré entonces será viajar", dice Caballé, que siempre que puede utiliza el coche debido al terror que le producen los aviones. "Tengo pensado en un futuro visitar España", comenta divertida.En sus períodos de descanso la soprano aprovecha para reponer fuerzas en su finca del Ripollés, en Cataluña. "En ella tenemos patos conejos, gallinas, ganado vacuno y, como fondo, un riachuelo", dice con expresión bucólica. Caballé es una optimista para quien "la vida es como una bola maravillosa que ofrece una imagen portentosa". Sé indigna al hablar de la tierra martirizada y se queja de que mucha gente "pasa por ella sin verla. tomándola como un derecho, no como un don".

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