"No he hecho nada", declara un estudiante libio que se resiste a ser expulsado

Abderramán Ben Hamida, de 28 años, uno de los estudiantes libios expulsados por "realizar actividades contrarias a la seguridad del Estado", pide al Gobierno que le explique los motivos por los que ha decretado su expulsión."Yo no he hecho nada", explica desde su refugio, "creo que ha sido un error . administrativo inexplicable". La policía afirma estar buscando al estudiante desde que desapareció de su domicilio tras conocer la noticia de su expulsión, decretada el pasado 25 de abril. Ben Hamida fue entrevistado ayer por este periódico en un lugar del Levante español.

Mientras, un grupo de abogados alicantinos se mantiene a la espera de la resolución de un recurso presentado ante la Audiencia Nacional contra la medida gubernamental. Uno de ellos, Francisco Ruiz Marco, considera que el trámite seguido "vulnera la ley de extranjería, además de ser anticonstitucional, porque va contra el artículo que trata el derecho a la defensa". "No quiero regresar", explica Abderramán Ben Hamida, "yo no he hecho nada, y las acusaciones que han hecho contra mí son inhumanas; son insultos contra mi persona". "Quiero que me expliquen cuáles son las pruebas que tienen contra mí", añade. Por su parte, alumnos de lá universidad de Alicante, que están estudiando la posibilidad de suspender los, exámenes como medida de protesta, han realizado durante los últimos días encierros para llamar la atención sobre el problema de su compañero de aulas.

Abderramán Ben Hamida es hijo de un funcionario administrativo que reside en Trípoli. Su llegada a España -"un juego del destino", dice- se produjo después de obtener una beca en Libia.

Desde que llegó a España está mantenido por el Gobierno de su país. "Desde que llegué, con 21 años, tengo la intención de convertirme en el primer hispanista libio", explica Abderrarnán; que, aunque reconoce no ser un buen estudiante, no quiere abandonar la universidad alicantina hasta que finalice su carrera de Filología Hispánica, dentro de dos años.

El estudiante no oculta que conoce a dos de los libios expulsados por el Gobierno: al estudiante de la universidad de Sevilla Ibrahim Husein Gasea y al encargado de negocios de la Oficina Popular Libia, Ramadán Ruheim. "Pero eso no es ningún delito afirma.

También explica que ha asistido a varias reuniones religiosas. "Siempre es agradable reunirte con tus compatriotas y hablar tu propia lengua". Su predilección por los idiomas le viene de muy joven: "Cuando era niño", dice, "practicaba la escritura de izquierda a derecha; además pude estudiar en un colegio privado británico en Trípolí".

"Presión física y psíquica"

Aunque reconoce encontrarse bajo una "presión física y psíquica muy grande", que le hace olvidar las fechas y algunos datos, se muestra agradecido por las muestras de solidaridad que recibe de sus compañeros y profesores de Alicante."Ha sido un choque para mí cuándo me enteré: estaba preparando un examen, lo último que esperaba es que yo estuviera en esa lista. Pensé que debía haber algún error en los nombres que vi en el periódico. Llamé a la Oficina Popular [embajada] libia en Madrid, y descubrí que era yo- y no otro", dice Abderramán.

Aunque prefiere no hablar de ello, la política internacional ha producido cambios en su vida: "El día de la agresión contra Trípoli y Bengasi padecí la angustia de no saber qué había sido de mi familia. Ahora ellos deben sentir lo mismo, porque desconocen en qué situación me encuentro". Sin embargo, aunque protesta por su expulsión, agradece que el Gobierno evitara el paso de los aviones norteamericanos por el espacio aéreo español.

Ben Hmida se ríe cuando se le pregunta cuál es su vida sentimental, y dice que ahora no tiene ninguna novia española. "No tengo ningún inconveniente en volver a Libia cuando acabe la carrera", explica, antes de decir que ama su tierra. "Pero yo he venido a España limpio, y quiero volver limpio", concluye.