El pianismo de Murray Perahia
¡Qué pianista es Murray Perahia! Alain París lo hace descender de Horowitz, dentro del cuadro dedicado a Leschetizky y sus discípulos. No estoy de acuerdo totalmente, pues en Perahia -quizá como en todos los verdaderamente grandes- se opera una síntesis en la que no es difícil reconocer el estilo dominante en nuestro tiempo y la herencia mejor del tiempo pasado.Pocos traen a la memoria, como Perahia, el sonido de Rubinstein cuando inicia la Sonata tercera de la obra 31 de Beethoven o cuando canta la parte central de la Fantasía-impromptu, de Chopin.
Pero su versión de la Sonata, op. 1, de Alban Berg muestra su personalidad actualísima, no sólo porque entienda la obra en su novedad, sino porque la transmite en su ligazón con el pasado romántico que el autor de Lulú exacerba.
Grandes intérpretes
Murray Perahia (pianista). Obras de Beethoven, Berg, Schumann y Chopin. Teatro Real. Madrid, 5 de mayo.
El juego es nítido; el sonido, precioso y transparente; el repertorio dinámico, extraordinariamente rico; la construcción interna, perfecta; la expresividad, tan afectiva como pueden escucharse pocas. Internado en el mundo schumanniano, Perahia parece explicárnoslo pieza a pieza y, a la vez, evidenciar todo el conjunto de valores significantes.
Aplauso
Escribir sobre Murray Perahia no es "juzgar sobre la verdad, bondad y belleza de las cosas", como dice la primera acepción del diccionario de la Real Academia.Es constatar y aplaudir, en letras que quisieran ser aplauso, esas tres virtudes si se dan en grado sumo. Y este es el caso de Perahia, uno de esos intérpretes que mercen el calificativo de musicales, usando el término con máxima exigencia, y que, por lo mismo, hacen época: esto es: contribuyen, como exactos transmisores de los compositores, a clarificar la historia de la música desde su fidelidad, autenticidad e imaginación.
Babelia
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