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REUNIÓN DE LOS 'SIETE GRANDES'

Misiles de un grupo radical y lluvia radiactiva del accidente de Chernobil marcan el comienzo de la 'cumbre' deTokio

La extrema izquierda japonesa intentó ayer, en Tokio, interrumpir la ceremonia inaugural de la cumbre de los líderes de las siete primeras potencias económicas del bloque occidental (EE UU, Reino Unido, Alemania Occidental, Italia, Francia, Canadá y Japón) y de la Comunidad Europea. Los extremigtas dispararon cinco misiles de fabricación casera hacia el palacio de Akasaka, 13 minutos antes de que el primer ministro japonés, Yasuhiro Nakasone, recibiera al presidente de EE UU, Ronald Reagan. La ceremonia inaugural estuvo también marcada por la moderada alarma en torno a los índices de radiactividad detectados en lalluvia caída sobre Tokio, radiactividad procedente del accidente nuclear, el 26 de abril, en la planta soviética de Chernobil.

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La cumbre de Tokio estará centrada en la coordinación en la lucha antiterrorista, la cooperación en medidas de seguridad nuclear -tras el accidente de Chernobil- y en la aplicación de medidas correctoras al crecimiento económico, las tensiones monetarias y el proteccionismo.Acabada la bienvenida de Nakasone al presidente francés, François Mitterrand, y antes de la llegada del presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, la policía de Tokio, que tiene prácticamente todo el centro de la ciudad bajo estado de sitio, vio sorprendidas sus extraordinarias medidas de seguridad con el disparo de cinco cohetes que cayeron a menos de un kilómetro del palacio de Akasaka, a las 16.25 de ayer (9.25, hora peninsular española), sin causar daños materiales ni humanos, con excepción de un pequeño hoyo de unos 10 centímetros de diárnetro en la calzada situada frente a la Embajada de Canadá, en el barrio de Akasaka.

Inmediatamente, comenzó un verdadero vals de helicópteros, controles y registros en el barrio de Akasaka -incluido el domicilio de este corresponsal- por policías ataviados con cascos y escudos dignos de una película de samurais de Akira Kurosawa.

La policía localizó en el cuarto piso de un edificio, en el barrio de Shinjuku, a unos tres kilómetros del palacio de Akasaka, una batería lanzacohetes con cinco cañones artesanales, desde donde habían sido lanzados los proyectiles, se cree que por miembros del grupo de la extrema izquierda japonesa Chukaku-ha (Facción Central).

Frente al estado de nerviosismo y frustración de las autoridades japonesas por este incidente, entre los dignatarios de la reunión no cundió precisamente el pánico. Y, mientras el presidente Reagan señalaba que nunca tuvo miedo a un atentado por parte de los grupos radicales, la primera ministra británica, Margaret Thatcher, sugería a sus colegas un paseo por las calles de Tokio para desafiar a los terroristas. El primer ministro japonés concebía la invitación de Thatcher como una broma, y pedía que no se forzaran las ya espectaculares medidas de seguridad.

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Los Chukaku-ha han atacado simbólicamente de nuevo, como lo habían hecho a primeros de abril a la Embajada de Estados Unidos, los jardines del palacio imperial, el palacio de Akasaka y una comisaría de la policía en la ciudad de Osaka. Y lo han hecho a pesar de los 50.000 policías (30.000 en Tokio) movilizados permanenternente en todo Japón para proteger a los líderes occidentales, llegados para discutir, entre los temas prioritarios, el problema del terrorismo internacional.

Las ceremonias de bienvenida del primer ministro de Japón a cada uno de sus invitados de ho nor continuaron imperturbable mente su ritmo -sin que los dirigentes llegaran a apercibirse del ruido de los cohetes- con desplie gue de alfombra roja, himnos nacionales y revista de las tropas de gala que rindieron honores a cada uno de los participantes que iban llegando ante las puertas del pala cio neobarroco de Akasaka. Una recepción de honor en el hotel New Otani, fortaleza para los 10.000 diplomáticos, periodistas y técnicos que cubren la cumbre, fue seguida de cenas de trabajo separadas para los jefes de Estado o primeros ministros, y los titulares de Exteriores y Economía de los siete.

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