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Crítica:Fiestas de la Comunidad de Madrid
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El silencio de una mujer audiovisual

El espectáculo de la artista estadounidense Laurie Anderson presenta apuntes breves y muy sencillos de su arte multimedia, recogido con amplitud en la película Home of the brave, que ella ha planificado y dirigido. Historia natural es una pequeña introducción que cuenta con cuatro personas en escena y que ofrece un repertorio muy seleccionado al que se han añadido dos temas - The day the devil came to get to you y Babydoll-, que fueron compuestos hace sólo dos semanas.Sólo dos teclados, cinco micrófonos, una plataforma para danza y una gran pantalla quedaban tras la artista estadounidense que había aparecido sentada en la escalerilla central del escenario, por donde luego descendió un par de veces para acercarse a los asistentes del concierto de ayer. La imagen, la coreografía y la estética son únicas: toda ella es un cuerpo microfónico que sonaba amplificado allí donde golpeaba y también los zapatos de los dos cantantes negros cuando bailaron pasos sencillos de claqué electrónico.

Conciertos organizados por la Comunidad de Madrid

Natural history, (95 minutos), por Laurie Anderson, voces, teclados, sintetizadores, vocoder y violines eléctricos; Dave Lebolt, teclados; Phillip Ballou y Beni Diggs, voces. Palacio de Exposiciones y Congresos, 3 de mayo.

Laurie Anderson es espectacular con un violín muy especial, cercano a lo terrorífico. Las voces y los ritmos también electrónicos de los sintetizadores se multiplicaban o se disfrazaban de aullidos, de silbidos, de suspiros y otros muchos más sonidos experimentados por la artista.

Actuar es mentir

La intérprete narró y cantó en su inglés traducido simultáneamente en la pantalla instalada en el local, pero también en castellano: "Sí, actuar en cierta forma es mentir", declaró a este periódico, "y más aún si interpreto en un idioma que jamás he hablado. Ahora, prefiero sacrificar el sentido y el sentimiento de las palabras en inglés y conseguir que la gente entienda lo que yo quiero a que no lo entienda, por mucho que yo esté diciendo lo que siento".Imperan las palabras y, además, los sonidos dados a esas palabras en una música elemental donde se pueden ahorrar sonidos y palabras como en un telegrama: "En un momento del concierto doy vueltas en el mismo sentido del radar que se proyecta en imagen y emito chillidos simplemente para saber que alguien me escucha: la información es nula, en esa comunicación no hay palabras", asegura la cantante.

Es la forma sobre el fondo y se trata de sugerir, de expresar por expresar, sin tener por qué decir nada o decir sólo lo imprescindible. Asomaron también en la pantalla luces y sombras chinescas, grabados o símbolos expositivos de lo que se canta o se cuenta durante la actuación, paisajes celestes, números, sentencias y una secuencia de la película en la que Adrian Belew puntea a la guitarra y Laurie baila con el escritor William S. Burroughs.

Esta artista imaginativa, siempre en vanguardia, jugó con el silencio como significante y lo transmitió al patio de butacas del Palacio de Congresos y Exposiciones. Así el espectador pudo imaginar que el tiempo se había parado: "Utilizar el silencio es a veces un riesgo. Puedo encontrar un público como el de aquí que entiende cuando estoy en silencio y permanece callado. Me ha sorprendido y agradado. Otras veces, la comunicación no se da porque el público no lo ha captado".

Laurie Anderson, de humor fino, elegante, llega a cantar y hablar con voz masculinizada por sus sintetizadores. Crea así un personaje andrógino, que encierra ambigüedad: "Todas las voces significan algo sexual, pero yo uso la voz de hombre sencillamente para representar autoridad. Estoy convencida de que los hombres y las mujeres son radicalmente distintos; porque nosotras podemos decir lo que queramos, porque no tenemos nada que perder. Realmente, nosotras no tenemos poder y por eso somos más libres para decir cualquier cosa que pensemos sobre la sociedad, o sobre el tema que sea, y tenemos menos riesgo que un hombre por lo que éste tiene o representa. Por ello, tiendo a utilizar la voz de hombre para representar algo mucho más arriesgado".

Laurie Anderson tiene humor, pero reconoce que en los últimos tiempos los sucesos trágicos que suceden en este mundo mundo no la han dejado reír: "Ahora me he centrado más en la información que en el humor".

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