El nivel del debate político por los suelos
Algo han demostrado ya las revelaciones sobre el oscuro pasado del candidato conservador a la presidencia de la República de Austria, y es la caída en picado del nivel de debate político en este país. En la batalla campal en que se ha convertido la campaña electoral no han surgido en ningún momento argumentos de contenido político real, y los partidos parecen competir en el lanzamiento de infundios y descalificaciones personales del contrario.La mayoría de los austriacos está convencida de que las acusaciones contra Kurt Waldheim, aunque emitidas por el Consejo Mundial Judío, partieron de Viena: si no del Gobierno de coalición socialista-liberal, sí de personas cercanas al Partido Socialista (SPOE), del canciller federal Fred Sinowatz; sólo así se explica que surjan ahora y no cuando Waldheim fue ministro de Asuntos Exteriores, candidato a la presidencia por primera vez o elegido secretario general de las Naciones Unidas.
Ni el canciller ni el candidato socialista rival de Waldheim, Kurt Steyrer, se han distanciado de las acusaciones lo suficiente como para eliminar la sospecha de que dan por bueno el método para mermar las posibilidades del candidato favorito. Si realmente los documentos fueron recopilados con ánimo de eliminar políticamente a Waldheim, los artífices de la campaña se equivocaron. En las últimas encuestas, Waldheim aventaja en siete puntos a su rival
Ayer, la escalada de mezquindades continuó con la publicación, en el semanario conservador Wochenpresse, de una información sobre la estancia en prisión del candidato socialista al final de la guerra, acusado de provocar un aborto. Steyrer es médico y un decidido defensor de la legalización de la interrupción del embarazo. El aborto es legal en Austria. La publicación quiere hacer un caso paralelo al de Waldheim y acusa a Steyrer de haber ocultado a los electores este episodio de su vida.
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