Guiño de complicidad
Por recientes filtraciones de los medios informativos, los ciudadanos hemos conocido que dos de los flamantes ministros socialistas, señores Lluch y Ledesma, de Sanidad y Justicia, respectivamente, se han beneficiado de significativos ascensos en su carrera privada como funcionarios.El ministro señor Lluch ha conseguido aprobar la oposición de catedrático de Historia Económica de la universidad de Barcelona. Por cierto, que el señor ministro de Sanidad habrá tenido que sacrificar, como estudiante disciplinado, muchas horas de su tiempo de gestión ministerial a preparar temas tan relacionados con el ministerio que dirige como la Historia Económica del Siglo XIX. Impresentable, señor ministro.
El señor ministro de Justicia también ha ascendido en su profesión de funcionario. En este caso no ha tenido que estudiar el señor ministro ni presentarse a examen. El ministro de Justicia ha ascendido de magistrado de audiencia a magistrado del Tribunal Supremo, por simple antigüedad.
Es paradójico que, mientras el Gobierno devalúa la antigüedad como mérito en los concursos de funcionarios, incluso justifica la reforma judicial en la necesidad de atender otro tipo de méritos, y mientras se jubila a un tercio de los magistrados del Supremo con esa reforma, al señor ministro se le aplica el criterio de antigüedad que le beneficia, lo que le permite no sólo ascender, sino reservarse una plaza en el Tribunal Supremo sin dejar de ser ministro del Gobierno.- Presidente provincial del CDS. .
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