Todos los partidos, salvo AP, creen desproporcionada la represalia

Las minorías parlarrientarias consideraron ayer "desproporcionada" la actuación de la aviación norteamericana en la madrugada de ayer, que bombardeó las ciudades libias de Trípoli y, Bengasi. Tan sólo Alianza Popular alabó la medida de fuerza adoptada por el presidente norteamericano, Ronald Reagan. Todos los partidos, no obstante, menos el PCE, coincidieron en acusar implícitamente a Libia de apoyar el terrorismo internacional con profusas alusiones a la necesidad de acabar con este tipo de violencia. El Gobierno informará hoy, a petición propia, en el Congreso de los Diputados, sobre la escalada de tensión en el Mediterráneo.El ministro de Astintos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, comparecerá hoy ante las comisiones conjuntas de Exteriores y de Defensa de Congreso y Senado, a petición propia. Simultáneamente al anuncio gubernamental, el PCE entregaba ayer en el Congreso la propuesta de comparecencia del presidente del Gobierno, Felipe González, iniciativa a la que se adhirieron otras minorías parlamentarias.

Asimismo el PCE ha formulado una pregunta al Gobierno para conocer si estima "adecuado para el interés nacional que los buquesde guerra norteamericanos que han actuado en. Libia hayan tenido como punto de partida puertos españoles".

El PSOE emitió un breve comunicado que comenzaba con la siguiente afirmación: "El PSOE no comparte la acción de fuerza llevada a cabo contra Libia, por entender que éste no es el medio adecuado para combatir el terrorismo". Los socialistas reivindican "la vía diplomática" para resolver cualquier contencioso entre países.

Fraga y Alzaga, en desacuerdo

El presidente de AP, Manuel Fraga, expresó su conformidad con la actuación norteamericana. "El presidente Reagan ha cumplido con su deber de gobernante cabal y merece el reconocimiento de cuantos desean la paz mundial", afirmó Fraga."En el estado actual de la comunidad internacional", continuó, "no cabe otro camino que el uso prudente de la legítima defensa".

Fraga resaltó "la incapacidad de reacción de Europa".

Oscar Alzaga, presidente del PDP, emitió un juicio muy diferente al formulado por su socio de coalición, Manuel Fraga.

"Mostramos nuestro desacuerdo contra la desproporcionada respuesta militar americana, de cuya eficacia cabe albergar dudas", dijo Alzaga, al tiempo que lamentaba que "la autorizada voz de Europa haya sido soslayada en esta ocasión".

El PCE reunió a su secretariado para analizar la situación, tras lo cual realizó una declaración de condena hacia Estados Unidos y la petición al Gobierno español de que "neutralice inmediatamente" las bases norte americanas situadas en territorio español. "Esta neutralización es la única forma de evitar que España se vea involucrada en la agresión norteamericana y para garantizar la seguridad de los españoles". El PCE considera que esta acción militar supone "una burla política para la mayoría de los países europeos que en La Haya rechazaron el uso de la fuerza militar".

Miquel Roca Junyent, portavoz de Minoría Catalana, consideró que el terrorismo requiere una respuesta eficaz, "aunque distinta a la utilizada por Estados Unidos". Roca informó que había llamado al presidente del Gobierno, Felipe González, para mostrarle su solidaridad en el esfuerzo de contribuir a la normalidad de la zona y acabar con la situación bélica existente.

En idéntica sintonía con el Gobierno se mostró el portavoz del PNV, Marcos Vizcaya. "Con la actuación norteamericana Europa ha quedado en mal lugar", afirmó Vizcaya, que criticó duramente las acciones terroristas. "El Gobierno español ha controlado la situación de forma fría y serena en todo momento".

Agustín Rodríguez Sahagún, diputado del CDS, criticó con extrema dureza al Gobierno norteamericano por su actitud respecto a Europa. "Reagan menosprecia a los aliados tratándolos como siervos", dijo.

El portavoz centrista, Luis Ortiz, reconoció que en este caso no había mediado la situación de legítima defensa para justificar la agresión, aunque disculpó un tanto esta acción ante la situación "fáctica" de terrorismo.