Gaddafi pretende internar en sus cuarteles a los trabajadores de empresas occidentales
El régimen de Trípoli ha anunciado que desde el sábado último el Ejército libio se ha retirado de las posiciones militares fijas, conocidas convencionalmente, y ha advertido que estas instalaciones han sido brindadas, como nuevos albergues para los trabajadores extranjeros, a las compañías occidentales que operan en el país. Pese al anuncio oficial, asumido por el propio coronel Muaminar el Gaddafi, este último extremo aún no es evidente, si bien existen indicios de que algunas unidades de artillería de costa y antiaérea han cambiado en las últimas horas sus emplazamientos, trasladándose a lugares desconocidos.
Gaddafi, en una nueva conversación privada con una periodista norteamericana, aseguró en la madrugada del domingo que los trabajadores extranjeros no habían sido aún trasladados a sus futuras residencias en los cuarteles e instalaciones militares ahora abandonadas, aunque recalcó que las direcciones de las compañías contratantes "tienen ya la responsabilidad". También advirtió, ante la eventualidad de un ataque norteamericano, que existen aquí, en Libia, unos 1.000 trabajadores de esa nacionalidad.La falta de información es total tanto por parte de las autoridades como, de momento, por parte de las propias compañías extranjeras, ya que lo único que ha producido este último desarrollo de la crisis es desconcierto y, especialmente, cierta psicosis en la colonia occidental, inmersa en un laberinto de informaciones procedentes del exterior y de comunicados y declaraciones del líder de la revolución, muchas veces sorprendentes. Algunas embajadas no descartaban la necesidad de pensar ya en la posibilidad de planificar la evacuación de sus residentes.
Medios diplomáticos occidentales, sin ocultar cierta preocupación por lo imprevisible de este país, manifestaron que lo que aparentemente pretende el régimen de Trípoli, para evitar un eventual ataque de la VI Flota norteamericana, es crear dudas a Estados Unidos y, a la vez, ganar tiempo para conocer los resultados de la reunión urgente que celebran el lunes en La Haya los países de la Comunidad Europea.
El coronel Gaddafi ha aclarado también en las últimas horas su intención, anunciada el viernes, de solicitar ayuda al Pacto de Varsovia, como respuestaa las declaraciones de lord Carrington, secretario general de la OTAN, en el sentido de que los países de la Alianza Atlántica verían con agrado e incluso apoyarían un castigo militar contra Trípoli. En esta dirección, el coronel libio explicó que, si bien su país no tiene sellado ningún tratado con la Unión Soviética, sí existen compromisos de amistad firmados con algunos países del Pacto de Varsovia, en, este caso Rumanía, Bulgaria, Checoslovaquia y Polonia.
La duda está en si en los compromisos sellados entre Trípoli y estos países aliados de Moscú figura alguna cláusula militar, lo que parece poco probable. Sin embargo, las embajadas extranjeras han recurrido a sus archivos y se han detenido en unas recientes declaraciones del líder de la revolución libia en las que asegura que Trípoli tiene un acuerdo de "consulta y coordinación con la Unión Soviética en caso de peligro". Según los medios consultados, esta última frase podría tener relación con la visita que hace unos meses efectuó a Moscú el coronel libio. Aunque no se ha publicado ningún acuerdo ni compromiso escrito referente a alianzas libias, no sólo con la Unión Soviética sino támpoco con la República Democrática Alemana ni Hungría, la mencionada afirmación podría reflejar la existencia de un pacto verbal secreto alcanzado por Gaddafi con el líder soviético, Mijail Gorbachov, áurante aquella visita. No obstante, en Trípoli se asegura que los soviéticos se mantienen distanciados de este conflicto.
Gaddafi aseguró que las instalaciones militares abandonadas serán asignadas como alojamiento a los trabajadores extranjeros de los sectores del petróleo y la petroquímica y reveló que en una próxima declaración, que hará probablemente antes de 48 horas, iba a especificar cuáles son las bases militares que han sido cerradas y desprovistas de material bélico, así como el número de técnicos y obreros que supuestamente serán trasladados allí.
Todo esto ha sorprendido. Y, aunque de momento parece que se trata de palabras, sí existen, en cambio, detalles que preocupan seriamente a los residentes occidentales, que observan cómo algunos acontecimientos se ajustan, en cierto modo, a lo que se interpreta o se supone significan las palabras de Gaddafi. Éste es el caso concreto de una batería de misiles antiaéreos que estaba situada en las inmediaciones de la playa de Regatta, a siete kilómetros al oeste de Trípoli. En esta playa, frecuentada los viernes (día festivo) por la colonia occidental, había hasta hace unos días unidades militares y ma terial antiaéreo, que, sorprendentemente, han desaparecido, de manera que allí sólo queda una estación de radar y una terminal de contenedores que siempre ha realizado servicios civiles.
Españoles preocupados
La colonia española en Trípoli, compuesta por 400 personas aproximadamente, comparte las mismas preocupaciones de intranquilidad ante los acontecimientos que el resto de la población extranjera residente en Libia y sigue el desarrollo de los acontecimientos a través de las emisoras del exterior y de los canales de la Radiotelevisión italiana, que se capta en toda la costa.El consul de España en Trípoli, Federico Torres, que hace las veces de embajador en sustitución de Ricardo Peidrá, actualmente en Madrid, donde fue llamado a consultas, ha recomendado calma.
La situación, no obstante, es más bien normal y los técnicos y obreros españoles en Libia cumplen su actividad ¡ahora¡ como cualquier día del año.
La colonia española en Libia está compuesta por técnicos y obreros de las empresas Ferrovial, la más numerosa; Entrecanales y Távora, Constructora Internacional, Agromán, Wat, Sintel, Cubiertas y Fomentos e Iberoil. La mayoría de la colonia reside en Trípoli, si bien existen grupos de españoles que trabajan en Bengazi y Sirte, y otros, concretamente los operarios de Iberoil, en las zonas de prospección petrolífera del interior, en el desierto.
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