Reagan rechaza la 'cumbre' solicitada por Gorbachov para negociar el fin de las pruebas nucleares
Ronald Reagan ha respondido con una rápida y tajante negativa a la propuesta de Mijail Gorbachov de celebrar inmediatamente una cumbre, en Europa, para negociar el fin de las pruebas nucleares. Estados Unidos rechaza también la moratoria de estos experimentos, reiterada el sábado por el líder soviético, y se dispone a realizar, en abril, una nueva prueba atómica. La oferta de Moscú es interpretada por Washington, como una nueva maniobra de propaganda dirigida a trasladar la culpa de la reanudación de las pruebas nucleares a Estados Unidos, y un intento de mantener vivo el movimiento pacifista en Europa.
El presidente norteamericano sigue queriendo entrevistarse con Gorbachov en la cumbre que ambos acordaron que se celebraría este año en Washington, pero para discutir "todos los temas de las relaciones soviético-norteamericanas, de los que las pruebas atómicas son sólo un componente", explicó ayer la Casa Blanca.El buen clima creado entre las dos superpotencias tras la cumbre de Ginebra del pasado noviembre, se ha ido desvaneciendo progresivamente y surgen dudas de que este año pueda haber un encuentro al máximo nivel. Aunque Washington y Moscú siguen afirmando que desean la entrevista, Gorbachov no mencionó en su discurso del sábado este tema. Washington cree que la URSS está tratando de condicionar su aceptación de las fechas de una segunda cumbre a la obtención previa de resultados concretos en el campo del control de armamentos. Gorbachov está sugiriendo que una nueva reunión sólo estaría justificada para ratificar un acuerdo de desmantelamiento de los misiles de alcance intermedio que ambos países tienen desplegados en Europa, o un compromiso de suspensión de las pruebas atómicas.
Aunque parece ya muy difícil una cumbre en junio, como desea Estados Unidos, todavía se piensa que podría celebrarse este año. Los soviéticos desean una reunión en otoño, antes de las elecciones parlamentarias de noviembre de EE UU, algo a lo que se niega Reagan. Si finalmente no hay cumbre "no es algo que nos quitará el sueño", afirmó una fuente gubernamental. A pesar del nuevo nivel de enfrentamiento verbal que presentan las relaciones Este-Oeste, se espera que Anatoli Dobrinin, hasta ahora embajador de la URSS en Washington y nombrado responsable de las relaciones internacionales en el secretariado del Comité Central del PCUS, traiga noticias concretas sobre una fecha cuando regrese a Washington a finales de esta semana para despedirse de las autoridades norteamericanas.
Estados Unidos entiende que la Unión Soviética no ha perdido nada deteniendo durante siete meses sus pruebas nucleares, porque ya había concluido sus experimentos el pasado año. Ahora, aseguran funcionarios norteamericanos, Gorbachov está presionado por sus militares para reanudar las pruebas y con su oferta a EE UU está enmascarando una iniciativa fallida.
Armas necesarias
La Casa Blanca explicó ayer que una moratoria "no favorece los intereses de seguridad de EE UU y de nuestros aliados y no conduce al aumento de seguridad deseado". "La completa eliminación de las armas nucleares es el objetivo último, pero estas armas siguen siendo necesarias para disuadir una agresión y asegurar la paz".
"Mientras ésto sea así, un nivel moderado de pruebas nucleares es necesario para asegurar la continuada fiabilidad, seguridad y efectividad de nuestra disuasión nuclear", afirmó un comunicado de la Casa Blanca hecho público en California, donde Reagan está pasando las vacaciones de Pascua. El presidente le ha recordado también a Gorbachov que no ha contestado a su propuesta de mejorar la medidas de verificación de los experimentos atómicos. El pasado día 22, Washington llevó a cabo la primera prueba nuclear del año, en el desierto de Nevada, para experimentar tina nueva cabeza atómica del Midgetman, un nuevo misil intercontinental móvil, que proyecta el Pentágono. Reagan ofreció que Moscú envíe observadores a la nueva prueba nuclear que realizará en abril.
La última prueba en 1985 sirvió a EE UU para experimentar su programa de rayos láser, que podrían ser utilizados en la polémica Iniciativa de Defensa Estratégica o guerra de las galaxias, que aunque oficialmente es un sistema no nuclear aparece cada vez más como necesitado de componentes nucleares. Reagan persigue continuar adelante con las pruebas atómicas, necesarias como afirma el secretario de Defensa, Caspar Weinberger, por el simple hecho de que EE UU posee armas nucleares, y ofrece a cambio negociar mejoras en la verificación de los experimentos.
El espíritu de Ginebra, donde no se llegó a acuerdos pero sí se estableció una comunicación rota entre las dos superpotencias, ha sido puesto a prueba en las últimas semanas. Washington ha realizado una demostración de poderío militar contra un cliente de la URSS, Libia, e incrementa las advertencias contra otro, Nicaragua. Ayer se anunció que EE UU entregará misiles tierra-aire a los rebeldes afganos y a la guerrilla de Jonás Savimbi en Angola.
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