Una leyenda siciliana
Donna Laura di Carini
I Balletti di Renato Greco. Coreografía: R. Greco. Música: Tony Cucchiara. Diseños: Luigi de Navasques. Bailarina principal: Isabel Rincón. Casa de la Cultura de Cuenca, 14 de marzo. La gira continuó en Cádiz (día 18), Córdoba (día 19) y Sevilla (día 20) con el mismo programa.
Sorpresivamente se presenta en España esta pequeña compañía de ballet contemporáneo, que tiene su sede en Roma y cuenta con 15 bailarines, a los que se agrega ahora, en calidad de invitada, la española Isabel Rincón, para asumir el papel protagonista en la pieza que estrenan en Cuenca: Donna Laura di Carini, complejo montaje con argumento inspirado en una leyenda siciliana del siglo XV y presentado con respaldo de una música tradicional del siglo XIV y algunos fragmentos de cánticos de Semana Santa reinterpretados con recursos electrónicos.La coreografía no se aleja en casi ningún momento del vocabulario clásico, aunque presenta acentos adquiridos en la práctica contemporánea (y han decidido hacer su danza a pie descalzo) con incursiones en la jazz dance. Los fragmentos más logrados, como el pas de deux blanco entre Isabel Rincón y Guido Pistoni, poco tienen de innovadores, y su lectura de elevaciones conjuntas y variaciones es herencia directa del ballet blanco. Greco, en los bailes de conjunto, agrega soluciones más libres e incluye el folclor de manera estilizada. Debe señalarse que un eclecticismo en cuanto a estilos de concepto coreográfico hace más difícil el conseguir una unidad en el producto terminado; no debían entonces notarse los empates entre maneras, y esto sucede por momentos en Donna Laura. Hay escenas cortas bien logradas en sí mismas (el carnaval, el dúo de Pistoni con la Muerte), pero que no sirven para seguir una línea argumental compleja y de ambiente trágico. A veces, para acentuar ese dramatismo, cae en un expresionismo fácil que le quita efectividad al baile mismo.
Buena bailarina
La barcelonesa Isabel Rincón es una buena bailarina que aquí hace un esfuerzo tremendo por asumir un papel que está fuera de su registro natural. Su clave es claramente romántica, y se echan en falta las zapatillas de punta. Sus brazos son de enorme riqueza expresiva, posee fuerte técnica y seguridad en la actuación, descansando en ella gran parte de lo positivo del montaje. Pino della Monica es un Joven bailarín que se luce con cierta epectacularidad en el papel del bufón (personaje prestado de El lago de los cisnes). Todo está arropado por un excelente vestuario colorista, hecho y concebido a la antigua, concediéndole al traje un papel activo en el retrato de personajes, algo que para la danza empezó y casi murió con Diaghilev.
La pieza tiene difíciles exigencias técnicas, que fueron cumplidas en la medida que el escenario lo permitía. El respaldo sonoro es muchas veces inapropiado, falto de grandeza orquestal. Éste no es un ballet de vanguardia ni por asomo, lo que no quiere decir que sea viejo. Es moderno en su más correcta definición, y como tal puede resultar un poco pretencioso.
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