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Husak critica la gestión de la economía checoslovaca

ENVIADO ESPECIALEl jefe del Estado y del Partido Comunista de Checoslovaquia, Gustav Husak, anunció ayer un "fuerte impacto" de reciente congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) en la política del régimen de Praga e hizo, una abierta crítica de las deficiencias existentes en la gestión económica. Husak inauguró el 27º congreso del partido con un discurso en el que comenzó elogiando las "críticas rigurosas, la autocrítica que no dejó lugar a retoques cosméticos" del 27º Congreso del PCUS, celebrado hace un mes en Moscú.

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Husak se alejó en varias ocasiones del texto original ole su discurso para reforzar su crítica a diversos fenómenos, como la baja productividad laboral, la falta de disciplina y la escasez de "iniciativa socialista".El congreso de Praga es el primero que celebra un partido comunista, en el poder en el bloque oriental después del celebrado por el PCUS en Moscú. El hecho de que se celebre en Checoslovaquia, que cuenta con el régimen que más fielmente emula la política soviética, ha despertado gran expectación ante la posibilidad de que también Praga se decida a aplicar reformas políticas y personales.

Husak, de 73 años, que dirige el partido desde 1969, se refirió a la primavera de Praga (que acabó en 1968 con la entrada de los tanques del Pacto de Varsovia en el país) como "una amarga experiencia" cuya superación costó muy cara al pueblo. Desde entonces, y gracias al papel dirigente del partido y la amistad con la URSS, Checoslovaquia ha logrado éxitos de los que puede sentirse orgullosa, señaló.

La hora de los cambios

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No obstante, según dijo, "ha llegado el momento" de aplicar los cambios necesarios ante "nuevos problemas". Respecto a cuáles son los cambios, el dirigente checoslovaco fue mucho menos explícito que el secretario general soviético, Mijail Gorbachov, durante su discurso en Moscú en la apertura del congreso del PCUS. Husak habló de "conceder mayor independencia a las empresas" y pidió flexibilidad en la gestión económica.

Checoslovaquia es vino de los pocos aliados de la URSS que no se ha alejado aún de una planificación absolutamente centralizada, que frena las posibilidades de acción de las empresas de este país, que cuenta con una gran tradición industrial.

Otras medidas anunciadas por Husak, como la lucha contra la indisciplina, el despilfarro, la falta de productividad, "el departamentalismo estrecho, el burocratismo y formalismo", están encaminadas a una mejora del sistema y no a su reforma interna.

En el aspecto ideológico, Husak volvió a demostrar que el Partido Comunista de Checoslovaquia se mantiene en una ortodoxia combativa que otros países del Este ya han abandonado. En su política exterior, Checoslovaquia sigue fielmente las directrices de la URSS y se considera discriminada por Occidente. Husak se refirió, a los intentos del "imperialismo" por romper la unidad de la comunidad socialista haciendo una diferenciación de trato entre los diversos países.

Sobre los derechos humanos, uno de los aspectos de la realidad checoslovaca más criticada en Occidente, en lo que según Praga es una "constante campaña antisocialista de calumnias y mentiras", Husak dijo que "hay que perseguir implacablemente al que infrinja el orden socialista. No permitiremos que nadie viole nuestras leyes, socave nuestro sistema y nuestro régimen, por mucho que se esconda bajo frases ostentosas sobre la libertad, la democracia y la llamada lucha por los derechos humanos".

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