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FRANCIA ESTRENA GOBIERNO

Un sindicalista de choque, en Agricultura

Soledad Gallego-Díaz

El nuevo ministro de Agricultura francés, François Guillaume, ha sido durante los últimos años uno de los principales animadores de los movimientos de protesta de los agricultores del Midi contra la adhesión de España a la Comunidad Europea (CE). Guillaume, hasta hace 48 horas presidente de la poderosa Federación de Asociaciones de Agricultores y Ganaderos Franceses (FNSEA), pidió insistentemente un referéndum sobre la ampliación comunitaria y, acusó al Gobierno de François Mitterrand de haber pactado condiciones "inadmisibles"."No es lo mismo ser un sindicalista de choque que un ministro del Gobierno", tranquilizaban ayer fuentes próximas al primer ministro, Jacques Chirac. "La ampliación de la CE es un hecho que nadie puede, ni quiere, poner en duda". Explicaciones que no impiden que este nombramiento se haya recibido en medios españoles como "una complicación adicional". Guillaume llegará a la mesa de negociaciones de Bruselas como representante de los 700.000 afiliados a la FNSEA, y presionado por las exigencias que ha estado formulando hasta hace menos de una semana.

Guillaume, de 54 años, agricultor y antiguo oficial en la guerra de Argelia (donde obtuvo una medalla al valor militar), es un hombre "agresivo", "duro" y crispado", según los adjetivos de la propia Prensa francesa. El 8 de julio del año pasado dejó vacía intencionadamente su silla en el banquete oficial que ofreció el presidente Mitterrand a los Reyes de España. "No tengo nada contra España", explicó entonces a EL PAÍS, "pero sí contra las condiciones que ha aceptado Mitterrand para su ingreso en la CE; los períodos transitorios y los mecanismos para impedir que los productos españoles invadan nuestro mercado son insuficientes". "Guillaume será un hueso muy difícil de roer", admitieron ayer fuentes españolas. El nuevo ministro conoce a la perfección la agricultura francesa -tiene una explotación agropecuaria modelo en el este del país- y se mueve con soltura en la Comisión Europea. Su bautismo de fuego se producirá el lunes, cuando se reúna el consejo comunitario para discutir los nuevos precios agrícolas. "Veremos si como ministro es capaz de mantener lo que exigía como dirigente sindical", ironizaban ayer dirigentes socialistas.

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