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Genovés denuncia la destrucción de un mural suyo en Las Palmas

El artista Juan Genovés ha denunciado judicialmente al Ayuntamiento de Las Palmas porque le borró un mural dedicado a la memoria del primer ministro sueco asesinado Olof Palme, del que era amigo personal. En su demanda contra la alcaldía, presentada conjuntamente por varios artistas canarios ante el Juzgado de Instrucción número 4 de dicha capital, Genovés reclama una indemnización de 4,2 millones de pesetas, un millón por cada metro cuadrado de superficie de la obra de arte destruida. Un grupo de plásticos canarios que participan en un taller de arte actual del cabildo dirigido por Genovés en Las Palmas habían colaborado con él en la realización de este primer homenaje cultural en España al político pacifista.Genovés afirma sentirse indignado porque se ha cometido una "barbaridad" y se ha propinado "un golpe moral a los jóvenes artistas que intervinieron en la obra". El artista precisa que el Ayuntamiento tardó 48 horas en pedirle disculpas. Por su parte, las autoridades municipales, pertenecientes al PSOE, atribuyen lo ocurrido a la mala suerte", según indicó José Francisco Henríquez Sánchez, concejal responsable de los servicios municipales de limpieza. El alcalde, Juan Rodríguez Doreste, que ha recordado su condición de crítico de arte, repudió la "demagogia" con que ha sido, en su opinión, manipulado el suceso. Partidos políticos, asociaciones de vecinos y centrales sindicales responsabilizaron, sin embargo, a los principales dirigentes municipales de la "imperdonable negligencia". El embajador de Suecia en España, Carl-George Crafoord, dijo en Las Palmas que se trata de un "hecho lamentable".

Una brigada de limpieza del Ayuntamiento encaló el mural, situado en la céntrica, avenida de Mesa y López, cumpliendo la orden municipal de eliminar todas las pintadas sobre el pasado referéndum. Según explicó Henríquez Sánchez, las organizaciones políticas no respetaron la prohibición de plasmar sus consignas en los paramentos de la ciudad, y los operarios de la citada cuadrilla no supieron distinguir, a la hora de limpiar las calles de eslóganes, entre una obra de arte y una frase política situada al lado. "Ha sido una tragedia cultural", reconoció.

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