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Protesta verbal de Exteriores ante Israel por la retención de dos barcos españoles

El subsecretario del Ministerio de Asuntos Exteriores, Fernando Perpiñá, expresó ayer su protesta al embajador de Israel en España, Samuel Hadas, por los incidentes ocurridos la semana pasada cuando dos barcos mercantes españoles, Carbosco y Carigiño, fueron bloqueados al sur de Líbano por una patrullera de guerra israelí. Esta es la primera protesta española ante los representantes de Israel desde que los dos países establecieron relaciones diplomáticas, el pasado 17 de enero.

Fernando Perpiñá solicitó explicaciones al embajador israelí, que pospuso su respuesta, según fuentes de Exteriores, ya que por el momento carecía de datos. El bloqueo llevado a cabo a partir del pasado día 18 por una patrullera israelí de dos barcos que navegaban en aguas territoriales libanesas, se llevó a cabo como "una maniobra de prevención antiterrorista", según explicaron fuentes de la Embajada de Israel en España. Las mismas fuentes añadieron que el chequeo de las embarcaciones se limitó a un mero control de papeles. La coincidencia de fechas y el hecho de que el incidente ocurriera en la zona marítima del sur de Líbano demuestra, según otras fuentes consultadas, que el bloqueo de los barcos formaba parte de la intensa operación de búsqueda que realizó el ejército israelí cuando trataba de liberar a dos soldados secuestrados en esta zona por una organización integrista musulmanana.Por otra parte, las aguas libanesas en las que tuvieron lugar las movilizaciones de la patrullera no dependen en la práctica del Gobierno de Líbano, según la versión facilitada por la embajada de Israel, ya que éste "no tiene control efectivo" sobre esta área en conflicto. Las mismas fuentes dieron a conocer la opinión del Ministerio de Defensa de Israel que justifica la intervención "por las circunstancias especiales del sur del Líbano", ya que, según explicaron, ésta es la zona de donde procede la mayor parte de atentados contra Israel.

La inspección, que fue calificada de habitual, fue realizada por motivos de seguridad ante el temor de que el barco transportara armas, según explicaron representantes de la Embajada de Israel.

Por otra parte, Alí Canaari, el capitán del Carbosco, que saldrá hoy del puerto de Sidón, explicó telefónicamente a este periódico que tanto él como su tripulación, compuesta por 12 personas, habían permanecido retenidos desde el pasado día 18 y que, después de obtener por vías diplomáticas el permiso para abandonar el puerto, saldrían hoy probablemente hacia Italia.

El capitán del Caríñigo, Gorka Ormaza, afirmó a este periódico, en llamada telefónica, que su barco no llegó a estar retenido, sino que el día 18 una patrullera israelí le impidió el paso hacia el puerto de Saida cuando el buque se encontraba a ocho millas del mismo, indicando que las aguas jurisdiccionales estaban bloqueadas. La patrullera solicitó al Caríñigo que se identificase y diese los datos del barco y de la tripulación, aunque en ningún momento se sintieron amenazados.

El Caríñigo, cuya tripulación se encuentra en perfecto estado, "aunque nerviosos por la espera", según afirmó su capitán, se halla actualmente fuera de las aguas jurisdiccionales libanesas en espera de que el Carbosco obtenga el permiso para abandonar el puerto de Saida, probablemente mañana, para entrar a su vez en dicho puerto para descargar.

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La compañía aseguradora, dependiente del Banco Vitalicio, hizo a los dos barcos un reaseguro por la conflictividad de la zona.

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