Yuri Dubinin: "Éste es un momento crucial para el futuro de toda la humanidad"

Yuri Dubinin, hasta ayer representante de la URSS en España y futuro embajador en la ONU, tiene depositadas grandes esperanzas en la reciente propuesta del líder soviético, Mijail Gorbachov, para erradicar las armas nucleares del universo antes de que culmine el siglo XX. "Gorbachov es una luz de esperanza", declaró anoche a EL PAÍS Dubinin durante la recepción de despedida ofrecida en su residencia de Puerta de Hierro. Dubinin estima que estamos viviendo "un momento crucial para el futuro de toda la humanidad".

Dubinin, que llegó a España en octubre de 1978, parte hoy hacia Moscú, donde dentro de ocho días comienza el 27 Congreso del Partido Comunista de la URSS.El diplomático hace especial énfasis en que la última propuesta presentada por la URSS en la mesa de negociaciones de Ginebra "no es para impresionar, tampoco para dar una buena imagen". "El futuro está en nuestras manos", afirma el diplomático, para quien el tema del desarme es algo familiar. Durante su estancia como embajador en Ginebra, antes de venir a España, Dubinin participó durante dos años en la redacción del Acta Final de Helsinki. "Nuestros pueblos, el soviético y el español, exigen la paz", añade el diplomático. Dubinin cuenta 56 años.

Cuando hace siete años y medio llegó a España, lo hizo, según sus propias palabras, "comomensajero de simpatía y respeto". Su larga estancia en Madrid le ha demostrado que "los sentimientos de los españoles son recíprocos". Optimista por naturaleza, confia en el futuro. "Siempre he estado muy ilusionado de poder cumplir la tarea de contribuir a mejorar al máximo nuestras relaciones". Y todo demuestra que "estas relaciones tienen un gran horizonte".

Dubinin, que prefiere callar el nombre del futuro embajador soviético en Madrid, lanza un consejo a su sucesor: "Que trate de comprender a los españoles, que el resto ya lo harán los propios españoles". Lo más que llega adesvelar es que el diplomático llamado a ocupar su lugar "será un sucesor digno de España".

No acepta ninguna pregunta sobre la OTAN, pero sí sobre el País Vasco. Conoce toda España, pero recuerda con especial cariño el recibimiento que le dispensaron los vascos durante los cinco días que empleó en recorrer sus provincias, "pues ya sabe usted que, según la leyenda, el País Vasco tiene muchas cosas en común con Georgia. Y quizá no sea sólo una leyenda". En cambio, su carrera diplomática no le ha obligado aún a cruzar el Atlántico. No conoce EE UU.

¿Le apetece trabajar en la ONU? Contesta: "No lo sé, pues no sé lo que es; no lo conozco".

Atrás deja muchos amigos, algunos sorprendentes, como Manuel Fraga Iribarne, líder de la oposición conservadora, quien anoche pasó por la residencia del embajador soviético "porque no podía dejar de venir a esta reunión". Allí estaba también, haciéndole la competencia a Dubinin en altura y cabellera plateada, el embajador de EE UU, Thomas Enders.