Serias probabilidades de que el Gobierno pierda el referéndum
El 39% votaría 'no' a la permanencia de España en la OTAN, frente a un 21% de partidarios del 'sí' y una abstención decidida del 18,5%
Existen serias probabilidades de que el Gobierno pierda el referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN, que se celebrará el próximo 12 de marzo, según un sondeo de opinión encargado por EL PAÍS al instituto Alef. De acuerdo con los resultados de esta encuesta, el 39% de los españoles votaría no a la permanencia de España en la OTAN en los términos planteados por el Gobierno, frente a un 21% que votaría afirmativamente y un 18,5% de abstención decidida. La encuesta revela que el 73,9% de los españoles tiene intención de acudir a votar y que un 3,1% emitirá el voto en blanco. El porcentaje de indecisos, según la encuesta, es del 18,4% (el 7,6% no tiene decidido si acudir a las urnas y el 10,8% no sabe qué votar). El sondeo de opinión fue realizado entre 1.532 personas en todo el territorio nacional los días 2, 3 y 4 de febrero, inmediatamente después de conocerse la pregunta que formulará el Gobierno en el referéndum.
De acuerdo con los datos recogidos en la consulta llevada a cabo antes del debate parlamentario sobre paz y seguridad que se celebró los pasados 4 y 5 de febrero en el Congreso de los Diputados- y con relación a la última encuesta de opinión publicada por este diario en noviembre de 1985, disminuye el número de personas que se muestran partidarias de la salida de la OTAN, si bien esta disminución no lleva aparejado un aumento paralelo del voto afirmativo hacia la permanencia de Es pana en la Alianza Atlántica. Los datos revelan que la abstención declarada se incrementa hasta el 18,5%, frente al 10% detectado en la pasada encuesta. Otro dato significativo que muestra este sondeo es la disminución del número de indecisos. En 1985 era un 25% de los encuestados los que no declaraban una decisión concreta, frente al 18,4% de la encuesta actual.
Los jóvenes quieren votar
El sondeo revela también que el interés de los jóvenes en participar en la consulta es muy elevado -82,1% entre los que tienen edades comprendidas entre 18 y 24 años-, y disminuye progresivamente a medida que aumenta la edad de los consultados. Las diferencias son exiguas en cuanto a la participación por sexos. Así, la participación masculina previsible es, según la encuesta, del 76,2%, y la femenina, del 71,5%. Los por centajes de abstención son prácticamente iguales entre los dos sexos. Tampoco se observan diferencias sustanciales en cuanto a la participación de personas de me dios urbanos y rurales. En cuanto al sentido del voto, los más jóvenes muestran mayon tariamente una intención contra ria a la permanencia de España en la OTAN. Esta tendencia, que predomina en todos los grupos de edad, decrece a medida que aumenta la edad de los encuestados.El 17,8% de las mujeres consultadas votará afirmativamente, al igual que un 24,1% de los hombres. El voto negativo de las mujeres asciende al 36,2%, y el de los hombres, al 41,6%. La indecisión entre las mujeres, con un 23,6%, supera en 10 puntos a la de los hombres.
Los votos afirmativos se mantienen entre el 23% y el 24% en núcleos de población de hasta 100.000 habitantes, mientras que en los que superan este nivel se sitúan entre el 16% y el 19%.
El grado de incertidumbre es muy superior, 21,4% frente a 14,4%, en los municipios de hasta 25.000 habitantes, y los de más de 300.000, respectivamente.
Los encuestadores plantearon una serie de preguntas sobre las consecuencias que tendría para España su permenencia en la OTAN. Un 54,3% piensa que habría mayor dependencia de Estados Unidos, frente a un 21,8% que no admite esa posibilidad. El 52,1% entiende que tendríamos mayor acceso a la tecnolgía punta, ante un 19,3% que lo niega.
La amenaza nuclear pesa notablemente entre los encuestados, de forma que un 61,9% cree que nuestro país se convertiría en un objetivo nuclear y un 21% desprecia este riesgo. Correlativamente, el 67,7% piensa que con la permanencia en la Alianza Atlántica aumentaría él riesgo de entrar en conflictos internacionales.
Sin embargo, un 42,3% piensa que estaríamos mejor defendidos de posibles enemigos, ante un 36,4% que no aprecia esa mejora en la defensa. También es mayoría -45,6% frente a 31,7%- los que entienden que seríamos más solidarios con los países de nuestro entorno.
Tampoco piensan los encuestados que la permanencia en la OTAN vaya a disminuir los gastos militares, y en ese sentido se pronuncia un 68,7%, frente a sólo un 12,7% que admite esa disminución.
El contencioso de Gibraltar y su solución ligada a la OTAN no la cree cierta el 46,3%, frente a un 25,1% que se inclina por pensar en mayores facilidades para solucionar el problema.
Los encuestados muestran un considerable grado de escepticismo sobre las consecuencias del referéndum, ya que un 52,7% estuvo de acuerdo en que votar o no votar daba igual, "ya que en cualquier caso van a hacer lo que quieran". El 35,8% estuvo en desacuerdo con esa postura.
El papel de Estados Unidos
Se aproximan los porcentajes de los que defienden la neutralidad de nuestro país y los que rechazan la pertenencia a la estructura militar integrada. El 58,9% de los encuestados piensa que la neutralidad es la mejor opción para España y que para mantenerla no se puede permenecer en la OTAN. El 67,4% rechazó la integración en la estructura militar de la Alianza.El sondeo muestra también que está generalizado el convencimiento de la supremacía de Estados Unidos en la OTAN. Así, ante una proposición, formulada en los siguientes términos: "El entrar en la OTAN, ¿significa ser títeres de Estados Unidos? ¿Son ellos los que mandan en esta organización?", el 58% se mostró de acuerdo, frenta un 22,1% contrario.
Puede destacarse también que un 43,5% entiende que la abstención en el referéndum perjudicaría al Gobierno. Un 25,3% no como parte esa opinión.
La encuesta trató de conocer cual sería el sentido del voto entre aquellos consultados que declararon su intención de abstenerse. Si a los datos gobales ofrecidos anteriormente se suma la intención de voto declarada por los abstencionistas, aumentaría la distancia en favor del voto negativo. Los porcentajes finales serían de un 48,1% favorable al no, un 24,7%, favorable al sí, un 4,9% votarían en blanco y el porcentaje de indecisos se elevaría al 22,3%.
En cuanto al estrato social de los encuestados, resulta que los situados en las clases altas son los más abstencionistas y los que presentan un voto más equilibrado entre el sí y el no. Los miembros de las clases media y baja se decantan mayoritariamente por la respuesta negativa.
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