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ECOLOGÍA

64 países adoptan un plan de emergencia para evitar la muerte de los árboles

Soledad Gallego-Díaz

Las principales conclusiones de la Conferencia Internacional sobre el Árbol y el Bosque, que se clausuró ayer en París, con la participación de 64 países, fueron: aumentar la ayuda de los países industrializados para luchar contra la sequía y desertización en Africa, la puesta en marcha de un programa de investigación para lograr especies de árboles más resistentes al frío y a la lluvia ácida. También se acordó el establecimiento de mecanismos de cooperación entre todos los países del Mediterráneo para luchar contra los incendios forestales.El encuentro, denominado Silva y organizado por el presidente de la República, François Mitterrand, convocó en la capital francesa a los responsables políticos de 64 países de todo el mundo con dos objetivos fundamentales: cómo luchar contra la destrucción de los bosques europeos y cómo impedir que el desierto siga avanzando en África.

"Hasta hora nos habíamos limitado a informes de expertos y a las señales de alarma de los organismos internacionales. En esta ocasión son los dirigentes políticos de los distintos países los que asumen el compromiso de conservar y promover el árbol y el bosque en interés de las generaciones futuros", afirmó uno de los portavoces de la conferencia.

Lluvia ácida

Los países industrializados han reconocido formalmente que la muerte lenta de sus bosques (cuatro millones de hectáreas de superficie arbolada están afectadas en Europa por la llamada lluvia ácida) es consecuencia del vertido de decenas de toneladas de sustancias tóxicas. "La creación de una red europea de investigación sobre la fisiología y enfermedades del árbol, prosiguió el portavoz, supone un paso importante porque permitirá una mayor y eficaz cooperación".Lamentablemente toda la ayuda es poca, según los expertos, porque el punto de partida es catastrófico: en Etiopía habría que plantar 3.000 millones de árboles en los próximos 10 años para impedir el deterioro del suelo. Malí, Mauritania, Sudán, Burkina-Faso (antes Alto Volta) y otros países africanos se encuentran en situaciones igualmente dramáticas.

El presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, propuso por su parte que los países industrializados creen un nuevo tipo de servicio militar, de forma que los jóvenes que lo deseen puedan optar por un trabajo civil como cooperantes en África. Delors recordó también que la Europa comunitaria importa madera por valor de 17.000 millones de Ecus (unidad de cuenta europea cuyo valor es aproximado al dólar) y pidió una mayor cooperación con los países productores para evitar la destrucción de masas forestales.

A propuesta de Francia, los países ribereños del Mediterráneo, España incluida, han acordado crear una red de lucha contra los incendios forestales, que arrasan centenares de miles de hectáreas. Los organismos responsables intercambiarán información sobre campañas de prevención.

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